Londres.- Un ataque suicida perpetrado hoy por un comando talibán contra un edificio administrativo en la provincia de Farah, en el oeste de Afganistán, dejó al menos 12 muertos, entre ellos seis policías, un civil y cinco rebeldes.

El ataque fue lanzado por cinco insurgentes vestidos con uniformes de la policía que intentaron entrar en las dependencias del gobernador provincial en la capital de Farah, de nombre homónimo, informaron fuentes policiales, citadas por la agencia Pajhwok Afghan News.

Uno de los atacantes detonó su chaleco explosivo que llevaba consigo a las puertas del edificio, mientras los demás lograron penetrar en las instalaciones, pero murieron durante un tiroteo contra las fuerzas de seguridad afganas.

Durante el asalto el gobernador de Farah sostenía conversaciones con un grupo de ancianos de las tribus del distrito de Bala Baluk.

Este ataque suicida tiene lugar una semana después de que hombres armados vestidos de policía atacaron un edificio gubernamental en la provincia de Paktika, en el este de Afganistán, causando la muerte a nueve personas.

Poco antes, las fuerzas afganas lanzaron dos ofensivas en las provincias de Badakhshan (noreste) y Paktiya (este), fronterizas con Pakistán, con un saldo de al menos 14 rebeldes talibanes muertos, informó el Ministerio afgano de Interior en un comunicado.

Explicó que en el distrito de Zazai Aryoub, en Paktiya, las tropas afganas mataron a nueve talibanes y confiscaron sus fusiles, mientras que en el distrito de Argo (Badakhshan) abatieron a cinco insurgentes y confiscaron armamento pesado y armas cortas.

A diferencia de Paktiya, una provincia tradicionalmente muy conflictiva y donde abunda la presencia de talibanes, Badakhshan había sido hasta hace un año una zona con poca actividad insurgente, pero sus acciones se han recrudecido en los últimos meses.

En Afganistán está desplegada una misión de la OTAN (ISAF) que prevé retirarse en el año 2014, pese a que la violencia se ha recrudecido especialmente desde el año 2010.

Los insurgentes talibanes luchan por lograr la retirada de las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán y derrocar al gobierno, con vistas a implantar un régimen fundamentalista islámico en el país.