El paso del huracán Dorian por las Bahamas, con vientos que alcanzaron los 300 kilómetros por hora, combinado con lluvias torrenciales, dejó un saldo hasta ahora de 20 muertos en la nación caribeña.

De acuerdo a estimaciones preliminares, cerca de la mitad de los hogares en las islas de Ábaco y Gran Bahama, han quedado destruidos.

Duane Sands, Ministro de Salud de Bahamas, confirmó que 17 de las víctimas eran originarias de las islas Ábaco, mientras que las otras tres fatalidades se registraron en la Gran Bahama. También señaló que no se darían los nombres hasta contactar a sus familias.

Sobrevivientes de la tormenta señalaron a AP que no han recibido ayuda de ningún tipo, excepto suministros médicos para el hospital local, en donde muchos buscaron asilo durante el huracán.

La Guardia Nacional de los Estados Unidos, la Marina Real Británica y muchas otras organizaciones de ayuda, incluyendo las Naciones Unidas y la Cruz Roja.

El gobierno norteamericano ha enviado también equipos de búsqueda y rescate especializados en zonas urbanas, con el fin de recuperar más sobrevivientes.

Tras su devastador paso por Bahamas, Dorian, degradado a una tormenta categoría 2, con vientos de 175 kilómetros por hora, continúa su paso rumbo a los Estados Unidos.

Aunque aún se encuentra a una distancia segura de Florida, 3 millones de residentes de los estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia y Florida siguen bajo alerta de no permanecer en las zonas que se encuentran en peligro ante la llegada del fenómeno natural.