México.- Desde hace una década, los satélites han detectado el surgimiento de un nuevo mar de sargazos en el océano Atlántico cuyo origen no está definido, pero podría estar alentado por el uso de fertilizantes naturales y artificiales.

El sargazo es un tipo de algas marrones que proliferan en aguas tropicales, aunque algunas asientan sus raíces en el fondo del mar, otras especies como el Sargassum fluitans y el Sargassum natans flotan con libertad gracias al desarrollo de burbujas llenas de agua.

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El sargazo puede crecer varios metros y entrelazarse configurando una red que da vida a selvas submarinas, pero en exceso, ocasionan la muerte de especies sobre todo cuando las masas vegetales arriban a las playas, recupera El País.

Según estudios, la oleada de macroalgas que han arribado a los litorales mexicanos, a las costas del sur de Florida en los Estados Unidos y a las islas Margarita en Venezuela, no proceden del Mar de los Sargazos que se ubica al este de la costa de EU y al nordeste de Cuba, sino que proviene de otra región.

Fósforo y nitrógeno tras la proliferación del sargazo

Tras 19 años de observaciones a partir de distintos satélites, al año se ha logrado ubicar que millones de sargazo emergen del Atlántico más allá de la región conocida como Mar de los Sargazos, transportados por la corrientes entre las costas africanas al sur de Canarias y el golfo de Guinea, así como al sur de las Antillas hasta la desembocadura del Amazonas.

Es en el verano, cuando la macroalga alcanza el máximo de su ciclo biológico para declinar hacia finales del año, sin embargo, según los estudios de la revista Science, desde el verano de 2011 se ha detectado el surgimiento de un nuevo mar que en julio de 2018 alcanzó los 8 mil 850 kilómetros y que contiene 20 millones de toneladas de biomasa vegetal.

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El coautor del estudio, Chuanmin Hu quien es profesor de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, dijo que el sargazo no había desarrollado proliferación masiva hasta 2019, debido a una serie de factores como la radiación solar, así como la presencia de nitrógeno y fósforo.

El investigador destaca que en los extremos donde prolifera el alga confluyen, al oeste, los sedimentos que arrastra el Amazonas y otros ríos como el Orinoco; mientras al este, afloran aguas profundas en la región que va de las Canarias hasta el sur de las islas de Cabo Verde.

Deforestación alimenta sargazo

La presencia de nitrógeno y fósforo se debe, según datos preliminares, a la deforestación de los bosques en Brasil por la agricultura y el consumo de fertilizantes, que aumentó de 2010 a 2018 en 67 por ciento.

Por el mayor uso de fertilizantes, se arrastran más sedimentos enriquecidos que alteran la química oceánica con nutrientes adicionales propiciando la proliferación del sargazo.