Marielle Franco, de 38 años, viajaba en un auto en pleno centro de Río de Janeiro con su chófer y una asesora, cuando otro automóvil se puso a su lado, disparó nueve tiros y luego huyó la noche del 14 de marzo. 

Franco había denunciado la creciente violencia policial en las favelas y se opuso a la intervención militar de la seguridad de Río. La concejal y el chófer, murieron en el acto, mientras que la asesora sufrió únicamente heridas leves.

Marielle Franco al momento de los disparos venía de un acto por los derechos de las mujeres negras en el barrio de Lapa, en el centro de Río. Pocos minutos después, los asesinos la interceptaron en la calle Joaquim Palhares.

Luego del asesinato, centenares de personas acuden a las puertas de la Cámara Municipal de Río de Janeiro para asistir al funeral de la concejala brasileña.

Franco, miembro del izquierda Partido Socialismo y Libertad (PSOL) , se había convertido en una dura crítica de la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro.

Miles de personas reclamaron hoy justicia y clamaron contra la barbarie de la violencia, en un emotivo homenaje a la concejala y activista brasileña. 

Con información de AFP y EFE