Uno de los muchos espectros que tiene el amor es el "Amor Platónico", el cual comúnmente es atribuido al sentimiento que uno tiene hacía una persona la cual se tiene como ideal de pareja; pero que es inalcanzable por distintas razones (el amor no es correspondido, es una celebridad del entretenimiento, vivió en otra época o es un personaje ficticio). No obstante, Platón nunca elaboró una idea de amor que hablará acerca de un deseo hacía una persona en este sentido; de hecho, su visión era todo menos romántica.

Aunque el griego habla del amor y la belleza en varios de sus diálogos, es en El Banquete donde se explaya en relación al tema. Si bien empieza elaborando una idea donde un ser humano puede amar a otro al encontrar una belleza física inmediata; esto no debe de quedarse en ese mero estrato. 

Después de conocer la belleza física, se debe de trascender a la belleza del alma; pero la apreciación de lo bello no se queda ahí, se debe de hacer un ejercicio exhaustivo para ir más allá del amor a una persona, para llegar aun estado de apreciación sentimental en un nivel conceptual; apreciar el amor como concepto abstracto, como idea en sí misma, no alienada por un ente físico; sea persona u objeto.

Cuando Platón habla de belleza y amor, se refiere específicamente a la idea de estos; pues para él sólo las ideas son dignas de ser apreciadas y amadas, pues son incorruptibles y perfectas, contrario a lo corporeo, que es imperfecto, una imitación de lo ideal. Aún más, asegura que el mundo físico está lleno de engaños y mentiras, por lo que el amor y lo bello dado en este estrato es un mero simulacro, una mentira del amor perfecto que representa la idea (el concepto).

Como podemos ver, el punto central de su sistema filosófico era el desdén de lo físico; al ser, como mencionamos, meras imitaciones de la perfección del mundo de las ideas. El auténtico amor para Platón no es el que se dirige a una persona sino el que se orienta hacia la esencia trascendente de la belleza en sí

Aplicar el "Amor Platónico" en un sentido sobre el sentimiento que se tiene por un ser inalcanzable es erróneo, pues se sigue amando a una representación física de la belleza y el amor, no a las ideas perfectas e intangibles de "lo bello" y "lo amoroso".