Es raro que un estudio de videojuegos apueste por los toys-to-life (juguetes físicos que mejoran la experiencia de un videojuego. Lo que no es raro es que un estudio tan grande como Ubisoft pueda darse el lujo de experimentar con miras a expandir su público; el ejemplo más claro es Starlink: Battle for Atlas.

Starlink nos presenta la iniciativa creada por el científico Victor St. Grand, quien descubríó una forma alienígena inteligente en el ártico, Judge, con quien logró crear nova, una especie de combustible que permitiría los viajes a la velocidad de la luz. Un grupo de reclutas de diversas partes del mundo y con personalidades distintas acompañarán St. Grand a explorar el Sistema Atlas con el fin de buscar el origen de Judge. Sin embargo, Atlas es un lugar inexplorado donde encontrarán tanto aliados como enemigos que llevarán a la tripulación a misiones diversas para lograr sobrevivir.

En la versión de Nintendo Switch, Ubisoft utilizó la carnada de la nostalgia agregando a la historia a Fox McCloud y sus amigos, de una manera un tanto forzada, pues se encontraban tras las pistas de Wolf O’Donnell, cuando las naves de la tripulación de Starlink fueron atacadas, así que decidieron echarles una mano y ayudarles en su aventura. Así nada más, por lo buenas personas (o animales) que son.

El experimento innovador de Starlink es básicamente contar con naves, pilotos y armas como juguetes físicos, pero que, al conectarlos a una base adaptada a nuestro control, cobran vida en el juego. Así como lo lees, en el momento en que físicamente desconectas un arma y le pones otra a tu nave, el juego responde actualizando las características de tu nave en tiempo real, ¡incluso a media batalla! Es justamente lo que soñábamos de niños.

El juego en cierto modo incita al jugador a obtener las naves y armas del juego para una mejor experiencia, si bien no son obligatorias y se puede jugar en la versión digital completamente. Si tu nave es derrotada, podrás conectar una nave distinta inmediatamente para poder seguir jugando en la misma batalla o misión, pero si no cuentas con una disponible, deberás regresar al último punto de guardado (una base amiga) para hacer reparaciones y regresar a la misión. En cuanto a las armas, requerirás un tipo específico para derrotar con mayor facilidad a algunos enemigos según sus debilidades, por lo que tener un buen arsenal será necesario.

Tanto armas, naves y pilotos están disponibles también en la versión digital, con un costo en la eShop de Nintendo de $199 pesos por una nave, $79 pesos por un paquete de armas, o $69 pesos por un piloto. Sin embargo, existe el paquete de colección por $1,099 pesos que incluye prácticamente todas las naves, armas y pilotos del juego. Las versiones físicas tienen un mayor costo, y es de esperarse, pues ofrecen una experiencia completamente distinta. Aunque si te decides por los juguetes, deberás tener un lugar destinado para guardarlos, pues se componen de piezas de alrededor de 3 cm, que podrían perderse fácilmente. Sin duda conviene adquirir el paquete deluxe digital del juego, ya que por $1399 pesos, obtienes el juego, y el paquete de colección.

La interfaz y mecánica del juego muestra a gritos ser un producto de Ubisoft. Por un lado tenemos exploración de mundo abierto (o mundos, pues se trata de un sistema de 7 planetas), donde podrás explorar libremente con tu nave; simplemente despegas, te diriges hacia la atmósfera y cuando te das cuenta ya estás en el espacio. Cada planeta tiene sus características específicas, flora, fauna, clima, etc, así como sus habitantes. Por otro lado, podrás conseguir mejoras para tus naves y pilotos en una escala de habilidades. Dichas mejoras van desde habilidades de los pilotos, ataque y defensa de la nave, y para cada una de las armas.

Cada vehículo contará con dos espacios para armas, que podrás posicionar en el lado que mejor te acomode y hasta la orientación que te convenga.

Gráficamente en Nintendo Switch el juego luce muy bien, no hubo problema alguno para ejecutarlo, la presentación de los personajes al vincularlos en la base del control es espectacular, tienen un nivel de detalle exquisito. Los mundos tienen una variedad impresionante de elementos. Sin embargo, hemos visto que en consolas de mayor gama los desarrolladores han tenido oportunidad de entregar una mejor experiencia visual, aunque eso sí, sin StarFox.

Y hablando de Fox, no esperes mecánicas idénticas al juego de antaño, no es un juego sobre rieles como lo han sido casi todas las entregas del zorro espacial, éste es un mundo abierto y el personaje resultó ser un mero gancho para que quisiéramos probar el título solo para ver a McCloud y compañía en su versión High-Poly y poder pilotear la Arwing.

Habrá que ver cómo resulta este experimento, sobre todo en cuanto a ventas para Ubisoft, ya que parece los juguetes físicos suelen tener más éxito por separado ya sea con los coleccionistas o con los pequeños; pero estos últimos no tienen un vínculo tan directo con Star Fox, ese gancho no funcionará. Starlink requerirá una buena inversión en marketing para poder posicionar sus juguetes alrededor del juego y demostrar la experiencia que presenta el poder armar tu nave “al vuelo”. 

Sin duda alguna tiene potencial, y como videojuego en sí resulta divertido y agradable, sin llegar a ser un referente del golpeado y menospreciado género de naves. Pero si el público no apoya y adopta la tecnología, será mandado al baúl de los buenos intentos; al lado de Disney Infinity y LEGO Dimensions.