Después de casi dos años de espera, se estrenó el primer capítulo de la segunda temporada de Westworld, nueva serie estrella de HBO; el cual continúa abordando problemas como la IA, lo real, lo onírico, los juegos y la existencia; esto se traduce en que, si no viste los pasados 10 episodios de 2016, te encontrarás con algo sumamente críptico y poco amigable.

La historia comienza tiempo después del final de la primera temporada; con el parque temático del Viejo Oeste en crisis por los eventos sucedidos en el pasado. Fiel a lo que vimos anteriormente, lo acontecido en el lapso de tiempo entre el desenlace de 2016 y este nuevo inicio, se nos presenta a cuenta gotas, haciendo uso indiscriminado de los distintos momentos temporales.

Así, lo que puedes ver en una secuencia que corresponde al pasado, no está ligada directamente con la siguiente, que bien puede ser el presente o el mismo pasado pero en un escenario diferente. Quienes llevan las distintas líneas dramáticas son, de nueva cuenta, Bernard, Dolores, Meave y William (El Hombre de Negro). Deberemos de estar atentos a cada uno de sus movimientos si queremos captar todo lo que está pasando y completar el contexto global de lo que sucede.

Un recurso que funcionó en anteriormente, pero que en esta ocasión no esta del todo bien ejecutado. Lo sucesos se dan en un tono sumamente narrativo, lo que hace que se sientan pesados los 60 minutos que dura el programa, pues es demasiada la información que se tiene que procesar; incluso algunos fans se sentirán abrumados de todo lo que tienen que recordar y analizar tan sólo en un episodio.

Obviamente, todas las dudas planteadas aquí no se terminan por resolver, quedando al aire para el resto del bloque de capítulos.

Esto no quiere decir que tengamos que desechar de una vez la nueva temporada, por el contrario; Westworld es uno de los shows más interesantes que se han dado en los últimos tiempos, y es precisamente el demandar mucho del público y sus capacidades de análisis, parte de su encanto.

Sin olvidar que la inversión tanto en elenco, como en locaciones y efectos técnicos, salen a relucir, creando una ambientación fabulosa que bien vale la pena explorar tan sólo por un deleite estético.

Nuestra recomendación, para todos aquellos que quieran entrar a esta obra de ciencia ficción, ya sea por curiosidad, genuino interés o para rellenar el espacio en lo que llega el final de Game of Thrones; es que primero vean toda la primera temporada, e inmediatamente, pasen a esta segunda; para tener frescos todos los conceptos y problemáticas que se manejan, de lo contrario puede que se aburran después de los primeros minutos debido a que no saben lo que está pasando.