La muerte de Stephen Hawking ha dejado un gran vacío en el mundo, pues no estamos hablando solamente de uno de los más prominentes investigadores de los últimos tiempo, también de un personaje que nunca tuvo miedo de romper los moldes establecidos que para muchos, encierran a la ciencia en un estadio meramente académico que puede resultar inaccesible para aquellos que no están empapados de los conceptos ahí desarrollados.

En su lugar, el Doctor siempre se acerco de la mejor manera al público en general ya sea para difundir sus investigaciones, o bien, simplemente para pasar un buen rato; es conocida su afabilidad y buen humor. Con esto se convirtió en el astrofísico más mediático del que se tenga conocimiento desde Albert Einstein; el cual también tomó ese rumbo, con la premisa que, con el método correcto, cualquier persona puede entender y encontrar fascinante algo tan complejo como la física teórica.

Una clara muestra de ello es que la figura de Hawking siempre estuvo relacionada con el mundo geek; ya sea que lo viéramos en Los Simpson, citando a Star Trek (su franquicia de ficción favorita), retando a una partida de ajedrez cuántico a Ant-Man, cantando una canción de Monty Python o dialogando con su buen amigo, el Doctor Sheldon Cooper. De hecho, en cada una de estas apariciones, se mostraba muy critico acerca del papel de la comunidad intelectual para con el resto de la población.

La crítica más fuerte está precisamente en Los Simpson, donde las voces científicas de la ciudad toman el control de la misma, imponiendo sus leyes que supuestamente mejorarían la calidad de vida de la misma; justificándose con el simple hecho de tener un coeficiente intelectual superior al del pueblo de Springfield. Con tan sólo una intervención, el Doctor les hace ver que no por tener un intelecto privilegiado se es mejor que el otro, señalando que su propuesta carecía de todo sentido común.

Su actitud desenfadada llevó a que otros lo imitaran y se acercarán de manera amigable a todos aquellos interesados en la explicación racional de los fenómenos naturales; Niel deGrasse Tyson la muestra más clara. 

Esto no quiere decir que Hawking  “vulgarizó la ciencia”; no, él siempre mantuvo el rigor de la misma. Lo que hizo fue demostrar que su estudio y aplicación no estaba peleado con el entretenimiento, el humor y la diversión. En un giro que sólo pocos pueden lograr, hizo amigable los conceptos sin diluir su esencia. 

Descanse en paz,  Stephen Hawking.