Lamentablemente, el mundo geek no está exento de la inseguridad y el abuso de confianza, tal y como lo muestra la siguiente historia.

Steve Sansweet es un ex-periodista y gran fan de Star Wars, tanto así que es el poseedor de la colección más grande del mundo, con más de 350 mil piezas, misma que está certificada ante el Libro de Récords Guinness.

Al tener tantas piezas en su poder, algunas muy raras, decidió compartir su logro con el mundo, abriendo un museo conocido como el Rancho Obi-Wan. Si bien nunca tuvo problemas de algún tipo, esto cambió cuando hizo una revisión hace unos días. Se dio cuenta que faltaban alrededor de 130 artículos.

Cuando avisó de esto a las autoridades y gente cercana a él, le informaron que uno de los objetos faltantes, una figura de Boba Fett, había sido vendido a otro coleccionista. Después de una investigación se descubrió que el vendedor y ladrón de artículos de Star Wars era Carl Edward Cunningham, amigo de Sansweet desde hace años.

Aprovechando su calidad de "amigos", Cunningham extrajo los artículos sin ningún problema, pues se le tenía la suficiente confianza como para dejarlo entrar a zonas restringidas del museo, incluyendo la bodega. Al saberse descubierto, se entregó a la policía, saliendo al poco tiempo debido a que pagó una fianza, aunque aún está a la espera de enfrentar un juicio.

Se estima que ganó alrededor de 200 mil dólares por la venta de los objetos; de los que apenas se han recuperado 2, entre ellos, la mencionada figura de Boba Fett.

Con información de Rancho Obi-Wan.