Mass Effect es una de las franquicias más queridas y respetadas por los fans de los RPG occidentales; su sistema de combate, atmósfera, historia y personajes, la han convertido en todo un clásico desde su lanzamiento para el Xbox 360. Ahora, con la misión de continuar ese legado, EA y BioWare se dieron a la tarea de desarrollar Mass Effect: Andromeda, una nueva saga dentro de todo ese universo. La cual no alcanza la espectacularidad del original, pero entrega varias cosas dignas de mencionarse.

La historia nos lleva en medio de la “Iniciativa Andromeda”, una misión que busca crear un asentamiento en la galaxia homónima para las razas de la Vía Láctea, ubicándose 600 años después del final de Mass Effect 3 (aunque el viaje como tal empieza durante los eventos de Mass Effect 2, sí, así de complejo). Pero como suele suceder, las cosas nos salen como lo planeado y ahora los hermanos Ryder, deberán de explorar los planetas de un cúmulo de Andromeda para asegurar la supervivencia de 20 mil personas que se apuntaron al proyecto.

Aunque la premisa resulta atrayente, la ejecución no es del todo afortunada; pues no sabe cómo equilibrar los momentos de relajación, con los de acción, sobretodo al inicio de la aventura; haciendo el recorrido sumamente aburrido en las primeras horas, algo que no puede ser en un juego de este tipo, que debe de atrapar desde el minuto uno. Esto se extiende a los personajes, que no tienen la personalidad de la tripulación de la Normandy, muestra de ello es el krogan, quien no transmite esa potencia guerrera de la raza que no tiene miedo a nada, ni siquiera a acabar con la atmósfera de su propio planeta. A esto hay que sumar que el sistema de decisiones es inferior al de la trilogía y otros juegos del estilo, aunque ahora tienes varias opciones a elegir, en realidad apenas si se nota alguna clase de consecuencia (no ya no hay cambio estéticos por se bueno, malo o neutral, de hecho esa forma ha sido olvidada).

Si bien esto se va arreglando conforme se avanza en al trama, el peso específico de la misma no se comienza a sentir hasta pasada la mitad del juego.

Ahora bien, donde brilla Andromeda es en su sistema de juego. Este es robusto a más no poder, atrás quedaron los días de estar anclado a una sola clase, ahora podrás saltar entre Adepto, Ingeniero y Soldado (entre otras) de manera automática a mitad de la batalla; lo cual le da dinamismo. Asimismo, podrás escanear todo lo que encuentres a tu paso, vital pues tratas de encontrar un mundo habitable, con esto descubrirás materiales y técnicas que te ayudarán a desbloquear una infinidad de planos de armas y armaduras para toda ocasión. Eso sí, sólo podrás aterrizar en un número limitado de planetas, en el resto, la exploración se reduce a una revisión desde el espacio con tu nave (algo parecido a lo que sucedía en la segunda entrega).

Los mundos varían en ambientes, peligros y tamaño; para poder recorrerlos de manera segura y fácil tendrás a tu disposición el Nomad, un nuevo vehículo terrestre que mejora sustancialmente lo visto en la saga original, teniendo un control más intuitivo y un amplio abanico de mejoras.

Si bien se puede alegar que todas estas opciones pueden abrumar a los nuevos jugadores, sólo es cuestión de minutos para poder entender todos y cada uno de los menús. Sí, hubiera sido mejor algo más simplificado; pero la interfaz no es del todo caótica como se supondría.

Ahora bien, en Andromeda regresa el multijugador; el cual (para bien y para mal) es una copia casi exacta de lo que vimos en Mass Effect 3, donde equipos de 4 combaten a hordas de enemigos hasta que puedan ser extraídos del mapa, los jugadores podrán elegir entre diversas razas y clases para combatir, subiendo de nivel y acumulando puntos que pueden cambiar por paquetes de mejoras. Las misiones están divididas por rango donde Bronce son las más fáciles y Oro las más difíciles; lo interesante es que ahora podrás desplegar unidades si no deseas entrar de lleno en este modo, esto con el fin de obtener recompensas que puedan ser usadas en la campaña.  Fuera de esto, quienes recuerden las hordas del juego de hace 5 años, no tendrán ningún problema con adaptarse a esta versión.

Muchos se preguntarán en este punto, ¿En verdad se ve tan feo como lo muestran los videos? La respuesta es, no; pero si es inferior gráficamente incluso a la saga de la pasada generación de consolas. Es cierto que Mass Effect nunca ha sido ese ejemplo de belleza estética, pero en esta ocasión BioWare parece haberse olvidado por completo de este apartado. Las animaciones lucen acartonadas y los personajes prácticamente no tienen expresiones; se entendería del principal, el cual es variable según el gusto de cada jugador, pero en el resto del elenco es imperdonable.

Mass Effect: Andromeda trató de distanciarse de Shepard y su equipo, sin embargo en el proceso, se olvidaron de algunas cosas clave que volvieron la guerra en contra de los Reaper algo memorable; como es una historia atrayente y bien planteada, personajes entrañables, decisiones con consecuencias y un trabajo estético decente. A pesar de todo esto, es algo obligado para los fans, pues su sistema de juego tiene los suficientes argumentos para tener entretenido al más ferviente seguidor del Comandante, las Asari, Krogan y demás; incluso el multijugador, que no agrega nada a la experiencia previa, es por demás entretenido. Eso sí, quienes desean entrar por primera vez a la opera espacial de BioWare, recomendamos hacerlo con reservas, pues Andromeda es todo, menos amigable, y podría acabar con sus ilusiones en cuestión de segundos.