El neurofisiólogo mexicano Eduardo Calixto reveló a través del programa radiofónico Martha Debayle los mecanismos que se activan en nuestro cerebro durante una discusión, y que nos hacen gritar, llorar, lanzar objetos, recordar situaciones del pasado, y en resumen, ponernos violentos.

De acuerdo con el también Médico Cirujano, en las peleas ocurre una "disonancia cognitiva"; es decir, una desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que hace que dos pensamientos entren en conflicto. Y aquí es cuando el cerebro protesta porque los humanos no discutimos pensando en perder. 

Lo que está detrás de una pelea entonces es experimentar el placer del triunfo. En este caso, lo que se debería tomar en cuenta es que la otra persona cuenta con elementos distintos a los nuestros, que no necesariamente están mal. Además, no es lo mismo pelear de las 10:00 a las 12:00 horas, que más tarde

¿Por qué?

En el horario antes mencionado, la mayoría de nuestros transmisores están funcionando y "esas discusiones son terriblemente agresivas y extraordinariamente humillantes", pero entre las 21:00 y 23:00 horas el cerebro ya no tiene la misma capacidad y entonces estas se reducen. Es por eso que la presencia de terceros también limitan las peleas. 

Esto ocurre gracias a la corteza prefrontal que localiza a un ajeno, y nos detiene. En una discusión, se incrementa la velocidad de pensamiento, así que es recomendable saber que estamos expuestos a perder y sentirnos atacados. 

Pero eso no es todo, pues se eleva la adrenalina, la dopamina, y la serotonina comienza a hacernos obsesivos. Además, el hipocampo empieza a recordar situaciones sin tiempo ni espacio, y entonces ocurren las famosas "ensaladas" en las que salen a relucir resentimientos del pasado. 

Sin embargo, lo más sorprendente es que según el doctor, entre más aguda sea la voz de la mujer, el hombre se cansa más rápido. Después del minuto 8 él ya no escucha porque ya se cansó. O sea que las discusiones idealmente deberían durar 5 minutos. Así que ya sabes, la próxima vez que quieras pelear, no hagas las conversaciones tan largas.