Sabemos que, de entre las enfermedades que pueden causar la muerte, el cáncer es una de las más comunes; no obstante, hay mucha mas atención puesta sobre algunos tipos como el de mama, próstata o cuello uterino, mientras que de otros igual de peligrosos parece hablarse apenas. Uno de ellos es el cáncer de pulmón.

El cáncer de pulmón es la primera causa de muerte por cáncer en todo el mundo y en 2018 cobró la vida de más de 1.7 millones de personas. Se trata de una enfermedad riesgosa pues sólo 19% de los pacientes diagnosticados tienen una supervivencia mayor a 5 años.

El estigma y los prejuicios aún siguen siendo uno de los impedimentos para la detección y el tratamiento de la enfermedad, pues aunque comúnmente se cree que sólo las personas que fuman están en riesgo de padecerla, los datos indican lo contrario; de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), el 45% de los pacientes mexicanos con cáncer de pulmón nunca han fumado.

Al respecto, el Dr. Óscar Arrieta, Coordinador de la Unidad Funcional de Tumores Torácicos, de la antes mencionada institución aclara que el principal factor de riesgo no es el cigarro, sino el contacto constante con el humo de leña que, en nuestro país, se asocia a indicadores de pobreza. “Existe una estigmatización grave hacia estos pacientes que tenemos combatir por su bien”, explica el especialista.

El cáncer de pulmón es prevenible

A pesar de que el cáncer de pulmón lidera la lista de los cánceres más letales en México, no está considerado dentro de los recursos del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos como si lo estas otros tipos de cáncer. Sin embargo, además de pensar en la urgencia de servicios médicos que lo atiendan, hay que trabajar en la prevención.

Arrieta considera que es apremiante fortalecer las acciones preventivas, sobre todo en las poblaciones más vulnerables, pues el 90% de los casos detectados provenientes de estos sectores de la población, son diagnosticados en forma tardía, en etapas avanzadas y metastásicas.

Síntomas comunes en el cáncer de pulmón:

  • Tos que no desaparece o que empeora.

  • Tos con sangre o flema del color metal oxidado.

  • Dolor en el pecho que empeora cuando se respira profundo.

  • Ronquera.

  • Pérdida de peso y apetito.

  • Dificultad para respirar.

  • Cansancio.

  • Neumonía.

  • Bronquitis.

Con información de Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón.