Los recursos se nos van acabando mientras los desechos se acumulan de forma casi incontrolable, por eso es urgente comenzar a utilizar absolutamente todo lo que tenemos a la mano para crear nuevos objetos a partir de lo que hasta hoy hemos considerado basura.

Afortunadamente hay quienes ya se han puesto manos a la obra para atender esta necesidad. Un ejemplo es un grupo de estudiantes de secundaria que, como parte de un proyecto escolar, crearon un ladrillos usando una mezcla de excremento de perro con cemento convencional.

Según informaron medios locales, el material, además de ser mucho más barato que otros, es resistente y ligero, por lo que podría ser una opción viable, sin embargo, aún falta que pase por ciertas pruebas que verifiquen si sería seguro utilizarlo o si necesita mejoras que lo hagan más resistente.

Así se ven los ladrillos hechos con heces de perro

Los estudiantes que desarrollaron el prototipo explicaron que sólo necesitaron 100 gramos de excremento para cada ladrillo, pero afirman que con la baja recolección y producción, ya era notable que las calles de la comunidad de Payatas estaban más limpias que antes.

Entre los usos que podría dársele a los “bioladrillos”, está el recubrimiento de suelos o la construcción de muros pequeños para bordear terrenos o crear estructuras simples como bodegas caseras o casas para perro.

Sobre el olor de las heces, los creadores afirman que al momento de la producción, los ladrillos aún despiden un olor desagradable casi imperceptible, pero que, con el paso del tiempo, este debe ir desapareciendo. 

Con información de Excélsior.