Seguramente has escuchado hablar en más de una ocasión sobre el munchies, pero si aún no sabes a qué se refiere cuando lo mencionan, te contamos: así se le conoce al deseo incontrolable de comer después de fumar mariguana y esas ganas irrefrenables generalmente se concentran en dulces, galletas, frituras y papitas. 

A pesar de que muchas personas aseguran que se trata simplemente de un mito, Michele Baggio (profesora de la Universidad de Connecticut) y Alberto Chong (profesor de la Escuela de Estudios de Políticas Andrew Young), publicaron un estudio artículo en el que aseguran que el fenómeno es tan real que incluso ha impactado las cifras de venta de estos productos en los estados que han legalizado el uso de mariguana en Estados Unidos. 

Analizando durante 10 años 2 mil condados estadounidenses en los que hubo cambios sobre el uso y la comercialización de la mariguana,   se encontró un aumento de ventas del 3.1 por ciento en helados, 4.1 por ciento en galletas y 5.3 por ciento en chips (frituras).

Y es que cuando el TLC (la sustancia en la mariguana que nos hace estar drogados) ingresa al las regiones del cerebro asociadas con la alimentación, el control de los impulsos y las inhibiciones, literalmente hace un coctel de hormonas y emociones que lo único que van a pedirte es que comas, todo esto sumado a que también el sentido del olfato se agudiza y al estado de euforia constante en el que la droga puede ponerte. 

Pero como ya dijimos, cuando una persona está en este estado, no se le antoja comer ensaladas y salmón ahumado sino alimentos ricos en carbohidratos y eso, por su puesto, puede impactar en la salud y dejar algunos kilitos extra en tu cuerpo, pues generalmente no se hace ninguna actividad adicional para librarse de ellos.