Últimamente las grandes casas de moda no logran librar se la polémica y las críticas del público y es que probablemente ni siquiera lo están intentando, pues casi como si se estuviera convirtiendo en una costumbre, una a una van cayendo en la trampa. 

Tan sólo en los últimos meses, le sucedió a Dolce & Gabanna con su campaña racista en contra de China, luego llegó Prada a poner a la venta una figurilla que recordaba las imágenes racistas conocidas como black face (que por cierto, Katy Perry repitió la hazaña), y para rematar, hace sólo unas semanas, también por acusaciones de racismo, Gucci tuvo que retirar un suéter de sus paradores. 

Esta vez, el turno lo tomó Burberry que, tras presentar su más reciente colección diseñada por Ricardo Tisci, en la Semana de la Moda de Londres, fue acusada por Liz Kennedy, una de sus modelos, de haberla obligado a usar una prenda que llevaba una cuerda en el cuello, emulando un suicidio.  

"El suicidio no es moda. (...) Y como este espectáculo está dedicado a que la gente joven se exprese, aquí voy. Riccardo Tisci y todos en Burberry, esto está más allá de mi alcance. ¿Cómo puedes dejar un look que parece una soga que cuelga de un cuello en la pista?", escribió Kennedy. 

"Fue insensible"

Al respecto, Marco Gobbetti, el director general de la marca, dijo en un comunicado que la marca está "profundamente arrepentida por la angustia" que causó y que  retiró la sudadera de la colección otoño-invierno. 

Por su parte, Riccardo Tisci, el director creativo de Burberry, dijo que "aunque el diseño estaba inspirado en un tema náutico, me di cuenta de que era insensible.

Foto: Vianney Le Caer/Invision/AP