México.- El resentimiento social no es nada nuevo. Todas las sociedades justas y prósperas que han florecido a lo largo de la historia han llevado tarde que temprano a una descomposición social, ya sea gradual o repentina, mientras que los felices equilibrios han sido efímeros.

Profundos debates han girado en torno a las causas de este fenómeno, aunque siempre bajo el supuesto de que los humanos somos capaces de ponernos de acuerdo para vivir en armonía. Pero ¿qué tal si no lo somos?

La conducta social que nos ayudó a sobrevivir en la prehistoria es resultado de millones de años de existencia tribal, en la cual la vida transcurría en pequeños grupos donde todos los individuos se conocían, el contacto con extraños era esporádico, y las luchas eran cuerpo a cuerpo. 

Sería altamente improbable que los instintos desarrollados en esas condiciones resultaran eficaces hoy para convivir establemente dentro del gentío que caracteriza a los tiempos modernos.

De milagro seguimos vivos, en gran medida gracias a nuestra inteligencia. Pero nada garantiza que esa inteligencia sea suficiente para protegernos indefinidamente, mas cuando los avances tecnológicos hacen que el suicidio colectivo sea cada vez más asequible.

La nueva novela Cognition: A Thriller on the Future of Intelligence, de Jacques St-Malo, plantea este tema dentro del marco de la ficción. El relato propone que la inteligencia humana seguirá evolucionando para finalmente contrarrestar los atavismos tribales. El peligro radica en que la mente tribal de ahora se sienta amenazada por esa evolución mental que nace y decida atacarla antes de que ésta pueda defenderse.