El reggae jamaicano se unió a la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO por sus aportaciones a la reflexión internacional sobre la injusticia, la resistencia, el amor y la condición humana.

Creado a parir del ska y del rocksteady, con influencias del soul y del rythm and blues estadounidense, este género se popularizó en la década de los 60 por la migración de ciudadanos de Jamaica en Estados Unidos y Reino Unido, peor alcanzó su fama internacional gracias a Bob Marley.

Generalmente asociado a poblaciones marginadas, pero suficiente amplio para abrazar a todos los sectores de la sociedad sin distinción de sexo, etnia o religión, la UNESCO resaltó la fuerza intelectual, sociopolítica, espiritual y sensual como elementos importantes para su inclusión en la lista creada en 2003.

A menudo se reivindicó como la música de los oprimidos, abordando temas como el encarcelamiento y la desigualdad. Indisociable del movimiento espiritual rastafari, que sacraliza al emperador etíope Hailé Selassié y el uso lúdico de la mariguana, nace en el contexto de la esclavitud. "El reggae es un destilado de diversos géneros jamaicanos, que se remontan a la época de la esclavitud", señaló el musicólogo jamaicano Garth White 

La lista del Patrimonio Mundial no busca reunir “lo más bello”, dono la diversidad de expresiones, artes y habilidades de las diferentes comunidades. En la lista ya figuran cerca de 400 tradiciones o expresiones culturales, que van desde la pizza napolitana hasta el yoga o el tango. 

Con información de AFP