Lujo, elegancia y estilo son las primeras palabras con las que el trabajo del arquitecto Luciano Gerbilsky se define a si mismo. 

No hace falta mas que echar un vistazo a cualquiera de sus proyectos para descubrir que en ellos cada detalle cuenta y construye la identidad del espacio plagándolo de una esencia única. 

Pero no todo es lo estético, pues según el propio Luciano relata, desde hace varios años se dio cuenta que quería contribuir a cuidar el ambiente y los recursos naturales. Desde entonces y a pesar de que los clientes no siempre son receptivos debido a que los costos aumentan, no ha dejado de esforzarse por incluir en sus proyectos detalles que permitan a las construcciones ser más sustentables. 

Una celda solar para transformar la energía, sistemas de captación de agua de lluvia o utilizar maderas certificadas provenientes de productos responsables, son sólo algunas de las estrategias que implementa junto con su equipo. 

Hace apenas un par de semanas Luciano y su despacho recibieron el premio Nacional de Arquitectura e Interiorismo otorgado por la Asociación de Arquitectos e Interioristas Mexicanos; el galardonado fue un proyecto residencial realizado en Avándaro a sólo unos kilómetros de Valle de Bravo. 

Es precisamente este el lugar en donde su talento ha tenido mayor impacto pues a lo largo de su carrera ha desarrollado diversas  construcciones en este emblemática municipio del Estado de México.  

En paisajes tan icónicos como el que presenta este municipio, el reto crece: es necesario diseñar para que las construcciones sean parte del lugar y no se conviertan un elemento ajeno que estorba a la vista. Esa es una de las preocupaciones de Luciano, que asegura poner atención en preservar el estilo estético de cada locación en donde vuelve realidad lo que su imaginación y creatividad plasmaron en planos. 

Sin embargo, una vez más, la imagen no lo es todo, para este arquitecto de origen argentino, es sumamente relevante utilizar materiales propios de la región e impulsar la artesanía local incluyéndola en la materialización de sus prototipos. Además, asegura que su inspiración nace tanto del entorno y sus tradiciones, como de las construcciones aledañas y por supuesto, de la historia de vida de quien o quienes habitarán un espacio. 

Antes de poder tomar un lápiz y diseñar, Luciano necesita conocer a la persona que acude a él pidiendo un proyecto de construcción o remodelación; en un inicio no es relevante saber si el color favorito del clientes es el amarillo o el morado, lo importante es saber quienes habitarán o visitarán el lugar, cuáles son las principales actividades que en él se realizarán, qué es lo más importante para el sus habitantes, cuáles son sus pasiones, hobbies y qué sucede en su vida cotidiana. 

El arquitecto reconoce que es común que un cliente llegue con una idea vista en Pinterest a su despacho, pero asegura que en general, del cien por ciento de la imagen sólo les gusta el color, un tapete, una lámpara o algún otro detalle y por eso, para él siempre es importante proponer alternativas que se adecúen al estilo de vida de las personas al mismo tiempo que les brinda confort y cubre sus necesidades. 

Fotos: Raúl Ibáñez / SDP Noticias