Luego de que los artesanos de la región rumana Bihor notaran el increíble parecido entre una prenda de Dior, un minorista de ropa francés, y su "cojocel binsenesc", y agradecieran a la casa por haber apreciado tan bello objeto, los pedidos para Dorina Hanza no han parado. 

La bordadora de 52 años asegura que todo mundo quiere uno de sus chalecos, y aunque no acusaron directamente a la marca de plagio, distintos medios locales la señalaron de ladrona. "Debieron haber dicho: se lo tomamos prestado al pueblo rumano", explica. 

Foto tomada de AFP. 

Por su parte, los costureros ven el tema como una oportunidad, pues les regresó el amor a un traje que usaban sus ancestros para las grandes ocasiones y que ahora venden en 580 dólares (11 mil 89 pesos), muy por debajo del precio de Dior. 

"Además, la prenda de la marca lleva un símbolo fálico bordado en la espalda y sólo los adultos en edad de procrear están autorizarlos a llevarlo. La tradición no permite que una mujer lleve un cojocel de hombre o al revés", subrayó el director del museo local de Beius, Cristian Tota a AFP. 

Foto: Tomada de AFP.