La amistad es valiosa en la vida de cualquiera; es encontrar a esas personas que están contigo de manera incondicional, te apoyan, te cuidan y de la misma manera tú lo haces por ellos; sin embargo, llega un momento en el que las cosas comienzan a desgastarse y todo lo que los unía, está llevándolos a una separación. Si esto te ha pasado, calma…

Terminar una amistad de años puede ser un tema bastante complejo, pero no imposible de superar. Sí, nos duele no tener cerca a esa persona con la que hacíamos locuras pero, conforme creces, descubres que sus puntos de vista políticos, tal vez son constantemente inestables y poco confiables, o bien, que su estilo de vida no va con la tuya. Sea la razón que sea, cuando maduramos, terminamos amistades y está bien, es parte del proceso de vida.

Al igual que las relaciones románticas, las amistades son 50/50. Si hay un desequilibrio creciente, es mejor cortar las ataduras cuanto antes. Aquí como detectar las señales de que esa relación ya se desgastó:

No todos deben ser nuestros amigos para siempre; algunos no siempre actúan como tal y es hora de considerarlos como conocidos, especialmente si las interacciones negativas superan a las positivas.

Un amigo jamás buscará provocar tensión o ansiedad con sus comentarios y acciones entre ustedes; pero pasa, y si esto se vuelve algo frecuente, entonces es hora de alejarte.  Los momentos incómodos tienen que suceder en cualquier relación, pero si se vuelve consistente, podría ser una señal de que ustedes dos simplemente no son compatibles.

Si tu amigo tiene celos desenfrenados porque le hablas a alguien más o porque tienes nuevos amigos, no es sano. Una amistad no se trata de establecer una competencia enferma por ver quién es más amigo que quien; si tu amigo constantemente busca demostrarte que lo es, sentirás agotamiento, lo que generará roces y terminarán mal.

Si tu amigo no aporta algo positivo a tu vida, ¿para qué conservarlo?, muchas veces nos involucran en problemas que nosotros ni siquiera nos buscamos y que a la larga podría afectar la forma en la que vivimos, especialmente si se trata de una relación unilateral donde siempre das y nunca recibes.

Las relaciones unilaterales no son divertidas. A nadie le gusta buscar a alguien constantemente sin sentir lo mismo a cambio. Claro, dicen que hay que dar sin esperar nada a cambio pero vaya, seamos realistas… ¡A todos nos gusta recibir!

Cuando hay una falta de equilibrio, es un indicador de que la amistad no está involucrando a ambas partes. No dejes que eso suceda. Si alguien no tiene la energía suficiente para corresponder a tu fabulosa amistad, entonces deja de consumir toda tu energía, y déjala ir.

El control es otro de los puntos que pueden terminar con una amistad. Las mejores amistades resaltan nuestro verdadero carácter y reflejan lo únicos que somos, así que si no estás cosechando esos beneficios, o sientes exactamente lo contrario, es momento de reevaluar si vale la pena seguir a lado de ese amigo.