A veces sentimos que pasamos cada vez más y más tiempo en el trabajo y menos en nuestras actividades after hours, y llegamos a casa sólo para abrir la laptop y terminar algunos pendientes que nos trajimos de la oficina. Y se pone peor cuando, al caer la noche, te tomas 10 minutos de descanso, abres tus redes para distraerte y lo ves: uno de tus compañeros con exactamente las mismas atribuciones que tú ha publicado fotografías de su paseo por el parque, el lunch con sus papás y ya hace fila para un concierto. Y tú aún no terminas ese reporte.

No es que tu compañero sea el más puntual del mundo; con toda seguridad lo que sucede es que, simplemente, ha aprendido a gestionar su tiempo de mejor manera que tú. Por ello te compartimos un par de consejos que te ayudarán a realizar todas tus tareas en forma y cumpliendo los plazos establecidos.

Al toro por los cuernos

Resulta obvio, pero hay que recalcar que para concluir eficientemente una tarea, lo primero es comenzarla. Si eres de los que sufren del síndrome de la hoja en blanco, te podemos decir que la mejor manera de combatirlo es llenando esos espacios en blanco; muchas veces, el estrés se esfuma en cuanto ves un párrafo o dos, o cuando ves los primeros números introducidos en la hora de cálculo. Recuerda que siempre puedes editar, así que no te preocupes si no logras plasmar tus ideas al cien en un principio. 

Siempre puedes recurrir a un clásico

Parece increíble, pero mucha gente ha olvidado cómo hizo la humanidad para gestionar su tiempo por siglos. Así es: con un reloj. El día que dejes por error el celular en casa, recordarás lo grato que es saber la hora con sólo levantar la muñeca. Además, algunos cuentan con decenas de funciones muy prácticas, que los convierten en un gran aliado. Lo mejor es que existen muchas maneras de conseguir relojes como estos de aquí sin siquiera salir de casa, por lo que no existe pretexto para adquirir uno.

Bendita tecnología

Ahora que si lo tuyo es el celular, puedes encontrar decenas de aplicaciones móviles que te ayudan a cumplir con tus metas, al registrar estadísticas sobre tus tiempos para luego programar tus tareas de acuerdo a tus necesidades. Algunas de ellas se basan en métodos reconocidos como el Comodoro o el GTD (Getting Things Done). Te sorprenderá lo rápido que terminas tu día con este apoyo, si es que tienes la disciplina que se requiere para estas técnicas.

Delimita tus tareas

La gente espera que des el cien en tus tareas, pero no en las tareas de los demás. A veces terminas haciendo el trabajo hasta de departamentos ajenos al tuyo porque piensas que es más sencillo que entregarlo a quien le corresponde, y puede que tengas razón. Pero recuerda que existen empleados designados a esas labores, y estás gastando tu tiempo en hacerles la chamba. Tú a lo tuyo.

No seas tan perfeccionista

No pretendas que cada reporte sea una pieza digna de museo, con gráficos animados encargados a Pixar y corrección de estilo hecha por un miembro de la Academia de la Lengua. Con esto no queremos decir, que quede bien claro, que debes entregar un trabajo mal hecho, pero más de uno se ha frustrado al darse cuenta que pudieron prescindir de algunas partes de su labor sin afectar en modo alguno el resultado final.