La historia se repite en todos lados y todo el tiempo: al salir de la universidad, o incluso cuando aún cursas los últimos semestres, aceptas un empleo no muy relacionado a tu campo pero con ciertas ventajas y un salario decente en lo que, te dices, tu carrera toma el rumbo deseado. Pasan algunos meses, pasa un año o dos, te otorgan un aumento y sabes que la cosa no va mal; sin embargo, tienes clavada la espinita y quieres dedicarte a lo que tu vocación te llevó a estudiar en un principio, con todos los riesgos que esto significa.

O peor aún: puedes terminar en una posición más alejada de tu campo de estudio, en un ambiente laboral hostil donde realizas tareas poco estimulantes y sientes que la vida se te va de a poco, pero sólo atinas a sobrevivir a tu propio empleo por miedo a que las cosas salgan peor si mueves un dedo.

Total, sea cual sea tu caso, un buen día renuncias a tu empleo y con ello a las comodidades a las que ya te habías acostumbrado. Se abre un nuevo panorama en tu vida pero al mismo tiempo te llenas de incertidumbre, pues ahora debes encargarte de aspectos propios de los negocios que no solías cubrir en el pasado, como contabilidad, relaciones públicas o mercadotecnia. Ahora eres una empresa de uno en la que debes gestionar todo tú mismo, y no sabes dónde iniciar.

Si te encuentras en dicho predicamento, recuerda que existen herramientas para hacer tu vida más fácil en tu nuevo emprendimiento, que van desde plataformas como esta para crear webs de manera sencilla, hasta textos especializados que te guían paso a paso en el mundo del trabajo freelance, muchos de ellos disponibles de manera gratuita en línea y, por supuesto, en bibliotecas públicas (no hay que desestimar los recursos tradicionales).

Así que si te has decidido a comenzar tu aventura como freelance, te recomendamos que tomes en cuenta estos pequeños consejos:

- Escoge con calma tus proyectos. En un principio te comerá la ansiedad y aceptarás cualquier trabajo por miedo a no conseguir más en el corto plazo. Esto está bien, pues muestra tu disposición y te ayudará a crear fama de “entrón” en el medio. Pero evita saturarte y, lo más importante, descarta proyectos poco estimulantes, pues ya tuviste suficientes tareas aburridas en tu empleo anterior. 

- Asesórate en campos desconocidos. Siempre acude con expertos cuando tengas dudas. En estos días es relativamente fácil, por ejemplo, presentar tu declaración de impuestos, pero un contador te puede indicar qué gastos son deducibles de impuestos y ahorrarte mucho dinero, a cambio del precio de una asesoría.

- Freelance no significa lobo solitario. No veas a otros trabajadores como competencia (no todo el tiempo, al menos). Crea vínculos, haz comunidad y mantén una relación profesional con todos tus compañeros, sin caer en errores básicos. Verás que ellos terminarán recomendándote para ciertos proyectos. Esta idea nos lleva al siguiente punto:

- La unión hace la fuerza. A veces te sabrás rebasado por el tiempo que requiere un trabajo o porque no tienes los recursos para llevarlo a cabo. Alíate con colegas de confianza para proyectos de gran tamaño, teniendo siempre muy claro el reparto de las tareas y, por supuesto, de las ganancias.

- Las apps pueden salvar tu vida. Busca aplicaciones que te faciliten el trabajo, como esta que te ayuda a gestionar tu tiempo y genera reportes para conocer tu productividad y preparar proyectos futuros, la cual amarás cuando veas a tus colegas trabajando toda la noche para entregar sus trabajos por no saber administrarse.