Hay que aceptarlo, desilusionarte no es algo agradable. Tampoco se trata de padecer una relación o de querer verse “buena onda” y lanzar largas para suavizar las cosas.

Tener a alguien que te pretende puede ser halagador, pero no por ello hay que abusar de lo que la otra persona siente mientras nuestro ego crece.  La base de cualquier relación -incluyendo la amistad- es la honestidad y la otra persona debe saber con claridad que no puedes ofrecer un romance.

Jamás pongas excusas como “estoy concentrado en otras situaciones de mi vida”, “no se lo que quiero”, “no estoy lista para otra relación” y cualquier otra que se te ocurra. Recuerda que cualquier cosa que digas puede ser interpretada de manera errónea y después, al descubrir la verdad, la contraparte se sentirá herida.

Si eres el chico o chica en el que no están interesados, ten en cuenta que el rechazo es algo horrible y duele, pero va a suceder y lo vas a superar. Y eso no convierte a la otra persona en alguien malo sino que simplemente no existe amor entre ustedes.