Los momentos difíciles siempre ocurren; sobre todo cuando se hace presente ese silencio incómodo en una conversación que apenas va a iniciar. La mayoría de las veces, es probable que tengamos algunas palabras en mente para iniciarla, pero muchas veces nos da miedo la reacción de la otra persona. ¿Qué hacer?

El exceso de pensamiento nunca ayuda

Cada vez que nos encontramos con alguien nuevo o que nos gusta, siempre tratamos de dejar una buena impresión. Ya que tenemos poca información sobre ellos, la única manera de que podamos ser capaces de impresionarlos es a través de la simpatía, historias curiosas o singulares o un tema interesante que envuelva a ambos.

Pero la ansiedad no se detiene aquí. Después de decir las líneas perfectas, entra la duda de si les caímos bien o no. Estamos desesperados por obtener señales de cada uno de sus gestos y cada palabra que dicen. Si no lo hacen, la ansiedad se acumula y tenemos que buscar una conversación alternativa.

No hay nada malo en buscar la aceptación en las interacciones sociales, pero el exceso de pensamiento siempre te hará comportarte de una manera rígida y poco natural. La rareza de actuar con rigidez mientras se habla con extraños, sólo puede ser curado cuando dejes de pensar demasiado.

No te claves en las reacciones de la otra persona

En lugar de poner toda tu atención a las expresiones faciales o lenguaje corporal de la persona en cuestión, cambia tu atención a otra cosa.

Es normal querer saber si las personas están impresionadas por lo que decimos. Nos fijamos en sus expresiones faciales para ver si están de acuerdo con lo que decimos; nos fijamos en sus lenguajes corporales para saber si están interesados en el tema que compartimos. Sin embargo,  tener estas dudas en mente nos hace sentir incómodos y nerviosos.

Trata de no enfocar toda tu atención en esa persona y de vez en vez voltea a tu alrededor, así podrás también sacar más conversaciones y tratar al otro como si fuera alguien más que de confianza.

No armes un personaje para impresionar

No necesitas convertirte en un personaje para impresionar a desconocidos. Claro, las personas más carismáticas son los que comparten historias interesantes y cuentan innumerables chistes y tienen a todos atentos. Sin embargo, si no eres este tipo de persona, no pretendas serlo. No puedes actuar como un extrovertido cuando eres una persona introvertida. Esto sólo hace que te sientas incómodo con toda la situación.

Abraza tu singularidad en cada momento.

Todos buscamos a alguien con honestidad; más si se trata de negocios. Aquellos que quieren un verdadero amigo están buscando a alguien con sinceridad; los que quieren una pareja para toda la vida,  están buscando a alguien con singularidad. No se puede complacer a todo el mundo, sé quien realmente eres.

No tengas miedo de hablar con extraños

Es probable que sientas rechazo en ciertas ocasiones, pero esto no quiere decir que vas a fallar la próxima vez.  Nadie nace con habilidades sociales. Todo el mundo necesita tiempo para aprender y llegará el momento en el que la dificultad y la torpeza que sientes tener al acercarte a alguien, desaparezca