Contrario a lo que muchos pensarían, la vida de Kate Winslet no fue tan mágica tras su protagónico en Titanic, una de las más exitosas películas en la historia, y es que la actriz apenas tenía 21 años de edad, no estaba preparada para la fama instantánea por lo que al sentir que la atención recaía sobre ella se sintió intimidada.

La ganadora del Oscar, de ahora 45 años de edad, se sinceró en una entrevista con Marc Maron para su podcast WTF, a quien le platicó haber sufrido tras su actuación en la historia escrita y dirigida por James Cameron.

Recordó que la fama le llegó tan rápido de un día a otro, que de pronto pasó de ser “nadie” a ser la más buscada por los medios para una entrevista, atención que no le gustó porque fue sometida a un escrutinio físico y personal.

“Me criticaron bastante, la prensa británica en realidad fue bastante cruel conmigo. Me sentí bastante intimidada, si soy honesta. Recuerdo que pensé: ‘está bien, bueno, esto es horrible y espero que pase’, y definitivamente pasó, me hizo darme cuenta que si eso era ser famosa, no estaba lista para ser famosa, gracias. No, definitivamente no ” 

Kate Winslet. Actriz

Kate Winslet sufrió bullying durante su infancia

Las críticas reabrieron heridas que Kate Winslet creyó que estaban curadas. En diversas ocasiones ha platicado haber sufrido por su sobrepeso, sus compañeros cruelmente la llamaban 'bola de grasa'. Se reían de mí porque quería ser actriz. A los 11 años de edad ingresó a la Escuela de Teatro Redroofs en Maidenhead, su sueño comenzaba a materializarse pero su camino no era fácil, el mayor obstáculo fueron esos kilos extra en su cuerpo, razón por la que en varias ocasiones dudó de su profesión.

Recuerda que a los 14 años, el comentario de uno de sus profesores por poco la obligan a renunciar a sus sueños: “Me dijo que debía conformarme con los papeles de gorda”.

Kate Winslet trabajó en sus heridas de la infancia

Aún con inseguridades y sin sentirse preparada, Kate Winslet tomó el protagónico de Titanic, película lanzada en 1997, su actuación fue muy aplaudida y aún así no creía tener las suficientes bases para llamarse una “gran actriz” por lo que experimentó mucho miedo cuando la invitara a tomar importantes papeles que Hollywood.

“Fue una gran responsabilidad, no quería cometer errores. No quería estropearlo. Quería hacerlo pero a largo plazo”; se tomó su tiempo, participó en el filme Sentido y Sensibilidad, donde fue nominada nuevamente al Oscar, así como se mantuvo a paso firme en el séptimo arte por su trabajo en “Secretos íntimos”, “El lector” y “Steve Jobs”.