El pasado 16 de agosto, a sus 76 años de edad, Aretha Franklin, la Reina del Soul murió rodeada de su familia luego de luchar contra un agresivo cáncer pancreático. 

Los homenajes comenzaron prácticamente desde el momento en que se anunció su muerte, y no era para menos, Franklin es todo un ícono para millones de personas en el mundo. 

Como era de esperarse, esta reina se ha despedido de sus fans y sus seres queridos haciendo gala del inigualable estilo y la elegancia que siempre la caracterizó. 

Durante los últimos días, miles de seguidores de la cantante llegaron al Museo de historia afroamericana Charles Wright, en Detroit para despedirse de ella. Al entrar al ya de por sí majestuoso lugar, los visitantes encontraron a la diva portando un vestido rojo de coctél finamente confeccionado y unas zapatillas brillantes del mismo color. 

Pero nada en el lugar fue tan impresionante como el ataúd chapado en oro de 24 kilates y forrado en seda blanca, valuado en casi 600 mil pesos (30 mil dólares) que sirve como última y muy digna morada a esta estrella que dejó una gran huella en la historia de la música. 

El último adiós

Luego de varios días de homenajes y ceremonias, este viernes 31 de agosto, Aretha se despedirá del mundo en un homenaje al que acudieron sus familiares y grandes personalidades del mundo de la música, el espectáculo y la política, entre ellas, el expresidente Bill Clinton, el cantante Stevie Wonder y la cantante Ariana Grande. 

Franklin fue llevada hasta el Greater Grace Temple en la misma carroza blanca con la que su padre fue transportado en su funeral. 

Al cortejo fúnebre se unieron cien Cadillacs rosas haciendo referencia al tema "Freeway of love" en el que la cantante va "conduciendo en la carretera del amor en mi Cadillac rosado".

Una vez que concluya el magno homenaje, la Reina del Soul será enterrada en el cementerio Woodlawn, en donde reposan los restos de su padres y sus tres hermanos. 

Fotografías: Paul Sancya / AFP 

Con información de El Comercio y El Heraldo