La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) lanzó una propuesta para reformar el artículo 8 de la Ley Federal de Cinematografía (LFC), con el fin de prohibir el doblaje en películas extranjeras que se vayan a exhibir en México, de acuerdo con El Economista. Las únicas obras que estarían exentas son las obras dirigidas al público infantil y los documentales.

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La modificación a la ley también busca que las películas extranjeras cuentan con audio pero en algún idioma originario o  indígena.

Así, cualquier contenido con clasificación superior a la "A" (para toda la familia), deberán de ser exhibidas por ley en su idioma original, sea el que fuere. Sin embargo, se hace especial énfasis en los productos de Estados Unidos; de acuerdo con la productora, Mónica Lozano, la finalidad de este movimiento es proteger el patrimonio cultural, pues no se quiere que la gente se "americanice" viendo obras estadounidenses en español.

Por el momento la iniciativa deberá de verse a detalle en sesión en la  Comisión de Cultura y Cinematografía, donde se verá la viabilidad del mismo, dando la última palabra acerca de su aplicación o cancelación. Hay que mencionar que la industria del doblaje en México es un negocio de 60 millones de dólares, que involucra no sólo a los actores y estudios de doblaje, también a compañías productoras multinacionales como Disney y Warner Bros.

Hace 19 años ya se había propuesto la prohibir el doblaje en películas

El mencionado artículo 8 de la Ley Federal de Cinematografía no es nuevo, de hecho se estableció en el año 2000, cuando se dio el primer intento de prohibir el doblaje en películas extranjeras que se exhibieran en México. En ese momento, después de una serie de amparos y juicios se consideró inconstitucional, por lo que los implicados en la industria del doblaje pudieron seguir operando sin problemas.

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De la versión de hace dos décadas a la actual reforma lo único que cambia es que ahora se pueda tener audio en lenguas indigenas, como se mencionó al inicio de la nota; todo lo demás permanece intacto. Hasta el momento actores y empresas de doblaje no se han posicionado al respecto, aunque su reacción posiblemente sea muy parecida a la del proyecto de ley original, donde estuvieron en desacuerdo, pues significaría una pérdida de trabajo masiva.