Siendo la película más anticipada de la filmografía de M. Night Shyamalan, Glass llega a cines de todo el mundo para mostrarnos el desenlace de la trama que comenzara hace 19 años con Unbreakable (El Protegido) y viera su segunda parte en 2016 con Split

A pesar de tener estas dos obras como sustento, la incertidumbre aún persistía en algunas personas debido a la irregular carrera del cineasta, quien puede hacer cosas excelsas un día, y otras totalmente olvidables al siguiente. Afortunadamente, esta tercera parte no pertenece a este segundo grupo, aunque tampoco es una de sus mejores películas.

Como mencionamos, la historia nos pone en medio del encuentro entre los tres protagonistas: David Dunn, Elijah Prince y Kevin Wendell Crumb, quienes por azares del destino son recluidos en un hospital psiquiátrico, donde se tratará de llegar al fondo del supuesto "delirio de superhéroe" que padecen los tres; sin embargo, tenerlos bajo el mismo techo representa una bomba de tiempo para todo el mundo, incluso para ellos mismos.

Si algo hay que aplaudirle a Shyamalan, es que retoma de manera adecuada todos los elementos que conformaron las otras dos películas, integrándolos de buena manera en la narrativa actual, manteniendo ese ambiente superrealista para los seres sobrenaturales que se presentan en pantalla. Eso sí, quienes no hayan visto las otra dos entregas se encontrarán perdidos en esta, pues se da por sentado que se conoce todo este universo, haciendo muchas referencias a lo que pasó anteriormente, sobretodo a Unbreakable.

En otras palabras, todo va con la lógica que se nos ha vendido desde la obra protagonizada por Bruce Willis; por lo menos la mitad del tiempo; pero de esto hablaremos después.

Esto se logra también gracias a las buenas interpretaciones de los tres principales; Willis vuelve a presentar un David Dunn parco, pero dedicado en su labor, ahora aceptando su naturaleza como vigilante; Samuel L. Jackson trae de regreso a un Mr. Glass cínico, que no tiene empacho en demostrar que es más inteligente que todos los que le rodean, llegando a puntos maquiavélicos con el fin de lograr sus objetivos.

Mención aparte merece James McAvoy, el cual le da todo el sentido del mundo al nombre de "La Horda", si en Split demostró que podía interpretar a 5 personajes al mismo tiempo; aquí se supera, pues cambia de personalidad de manera más intempestiva mostrando una capacidad histriónica que pocos tienen; incluso logra que su presencia física vaya acorde al personaje que interpreta; reconoces fácilmente a la matriarca Patricia, al débil Kevin y a la poderosa Bestia con sólo ver las facciones de su cara.

Si bien los secundarios no tienen papeles tan destacados; hablando específicamente de la Dra. Staple, Cassey de Split, Joseph Dunn y la señora Price de Unbreakable; cumplen cabalmente su función como hilos conductores de ese mundo externo "normal" con lo extraordinario que representan los principales.

Ahora bien, mencionamos que la narrativa tiene cierta lógica y cohesión la mitad del tiempo; ¿Qué pasa con la otra mitad? Bueno, cae en momentos que atentan con ese tono que se nos muestra, con explicaciones que parecen sacadas de la manga y que más que encumbrar la historia, la rebajan. 

A esto hay que sumar que el director no supo en qué momento dar un desenlace; la conclusión se alarga de sobremanera, y es precisamente ese alargue el que trae como consecuencia lo señalado en el párrafo anterior; y que sólo los muy fans del cine de Shyamalan, de la trilogía o de los cómics, lo perdonarán.

Ya que hablamos de los fans de los cómics, de este denominado "mundo geek". Algo interesante es la crítica que se le hace a los mismos y a la industria alrededor de estos; señalando las contradicciones de esta cultura desde la premisa del "delirio de superhéroe", algo propio de una mente que no ha madurado del todo o busca suplir alguna debilidad, asociando su estado psicológico y social a la vida de seres fantásticos.

Sin embargo, esta se diluye porque la misma línea dramática no arroja una vez más a ese universo de fantasía. Varios de los diálogos tienen más sentido cuando uno conoce a la perfección la estructura de las historietas, sus personajes y todo lo que han generado; sin ese bagaje, pierden algo de su fuerza o gracia, dependiendo lo que vemos en pantalla.

En conclusión, Glass es una película para fans, en el sentido más amplio de la palabra; alguien ajeno bien podría sentirse fuera de lugar, sobretodo porque no se pasarán por alto los problemas aquí señalados. Si has visto todo lo que ha hecho el cineasta hindú, amas Split y Unbreakable, y sabías de la existencia de la Liga de la Justicia y Vengadores antes de las películas; no tenemos dudas de que Glass te encantará.

Si por el contrario, es tu primera vez con Shyamalan o sólo viste Split y quieres algo parecido, bien podrías llevarte una decepción.