Las estrellas de Hollywood dijeron muchas y muy valiosas cosas la noche del 4 de marzo, pero la mayoría en Estados Unidos no las escuchó en vivo: Las primeras cifras de rating indican que el show conducido por Jimmy Kimmel fue uno de los menos visto en los 90 años de historia de los Oscar.

La premiación de la Academia a lo mejor del cine alcanzó los 18.9 puntos de rating, 16 por ciento menos que la edición de 2017, que alcanzó los 22.4. Además fijó un nuevo histórico, lamentablemente a la baja, pues la entrega de 2008, con 21.9, habría sido hasta ayer la menos vista.

Por supuesto que los 29 millones de personas alcanzadas no es una cifra a despreciar; y el mensaje de la gala del Oscar, la más incluyente en sus 90 años de historia al dar espacio a mujeres, comunidad LGBTI, negros, asiáticos y latinos, fue entregado.

El movimiento Time’s Up estuvo presente en pines y en los discursos de Ashley Judd, Salma Hayek y Annabella Sciorra, tres actrices que hicieron público el abuso y acoso sexual del que fueron víctimas a manos del productor Harvey Weinstein.

Frances McDormand, ganadora del oscar a Mejor Actriz, ofreció un impresionante discurso en el que recordó a los hombres en la industria que las mujeres debe ser tratadas con la misma profesionalidad. “Pido a los productores que no hablen con nosotras de nuestros proyectos en la fiesta de esta noche. Invítenos a sus despachos o vengan a los nuestros”, sentenció.

Daniela Vega se convirtió en la primera mujer trans en formar parte del equipo de presentadores; en tanto Jordan Peele, se convirtió en el primer negro en triunfar en la categoría Mejor Guión original.

A pesar del alto contenido de política interna estadounidense, en esta ocasión el presidente Donald Trump se abstuvo de tuitear; algunos atribuyen a que la falta de interlocución entre el mandatario y la gala fue un factor decisivo en la baja audiencia.

Con información de Gold Derby y Vanity Fair