¿Qué pasaría si dejamos a nuestra pareja leer todos los mensajes de texto, y de voz, que recibamos durante una noche? Esta premisa fue la que le dio la enorme fama a la cinta italiana “Perfetti sconosciuti” del 2016 y que ahora Alex de la Iglesia -que se vende un poquito más- lo hace un remake español con resultados crudos y un tanto desentonados -muy diferentes a su habitual estilo-. 

La película nos lleva a una cena entre amigos que se transforma en un confesionario donde cada personaje muestra su verdadera esencia, dejando en duda si es mejor vivir en el engaño o afrontar la dura verdad.

Alex de la Iglesia a lo largo de su carrera nos ha presentado proyectos muy dignos de ser recomendados: “El crimen ferpecto” y cintas atroces como “Los crímenes de oxford”, ahora explora la verdadera comercialidad de su filmografía y vende un poco su libertad creativa solo con un presupuesto gigante.

La película fluye sin problema por las casi dos horas de duración. El armado claustrofóbico es bien manejado tomando prestado algo de Roman Polanski en Carnage donde el diálogo y el subtexto de las acciones de los personajes nos dan dos historias totalmente diferentes, es aquí donde la experiencia del realizador sale a la luz, pero que pierde su frescura desde los primeros treinta minutos de duración, con escenas, diálogos tan predecibles como trillados.

Perfectos desconocidos tiene una manufactura de primera clase aunque con un guión demasiado inocente y predecible, la tropicalización de la historia original carece de cualquier chispa que la original imprime, el realizador se conforma con presentarnos sus conclusiones inocentes sobre temas tan difíciles como la infidelidad o la mentira por omisión. 

Si usted busca una cinta que lo rete en todo sentido tiene a la mano ejemplos mejores del tema como “Historias salvajes” del argentino Damián Szifron o si es necesario el filme original Italiano que originó todo, no un remake por encargo como lo es esta producción.