2007, la guerra entre Estados Unidos e Iraq llegó a su fin, aún así un equipo de francotiradores es llamado a una misión, diez contratistas occidentales que trabajan en un acueducto han dejado de comunicarse con central, el equipo militar no sabe la sorpresa que se espera cuando son emboscados por un francotirador profesional iraquí y es en este punto donde la historia comienza. Doug Liman dirige esta cinta de acción-psicológica con solo tres personajes y solo dos salen en pantalla; de una forma magistral, su cámara y edición son ejemplares.

El filme es protagonizado por John Cena, ex luchador profesional y celebridad multimedia, y el inglés Aaron Taylor-Johnson, ambos actores sostienen magníficamente el proyecto, aplicando toda la tensión que se les exige en un proyecto de esta naturaleza.

Es inevitable la comparación con la cinta Phone Booth de Michael Schumacher, donde el villano parece ser la conciencia de nuestros protagonistas. Doug Liman es conocido por su estilo cinematográfico cuidado a un grado obsesivo, esta vez decide contarnos la historia de una forma casi vivencial poniéndonos en medio del conflicto y casi experimentando los obstáculos que sufren los personajes.

El gran descalabro viene con su desenlace. El tercer acto es un golpe bajo que deja cualquier expectativa creada caiga en el vacío sin mucha recompensa para el espectador. La visión del realizador es obvia al presentarnos esta historia pero su final es decepcionante, aún así éste es un excelente proyecto que vale la pena explorar, no la deje pasar.