Insólito fue lo que sucedió este domingo en Wembley, durante la final de la Copa de la Liga entre el Manchester City y Chelsea, cuyo portero, Kepa Arrizabalaga, dejó en ridículo a su entrenador al negarse a salir de cambio para atajar la ronda de penaltis. 

Todo sucedió al minuto 120, cuando el arquero vasco fue atendido por el cuerpo médico tras acusar dolor, mientras que, sin conocer el reporte médico, Maurizio Sarri ordenó a Willy Caballero prepararse para entrar al campo de juego. 

Cuando vio su número en el cartel luminoso, Kepa enfureció y lanzo gritos a su entrenador, asegurando que se encontraba bien para seguir jugando, mientras que Sarri enfureció ante la desobediencia de su jugador. 

Finalmente, Arrizabalaga se negó a salir de cambio y terminó atajando la tanda de penaltis en donde le detuvo un penal a Sergio Agüero; no obstante, el City se llevó el triunfo y el campeonato en la Copa de la Liga. 

Gran malentendido 

Tras el insólito episodio, Maurizio Sarri aclaró lo sucedido con Kepa y señaló que todo fue un malentendido, pues pensó que no estaba en condiciones de atajar la tanda de penaltis.

Por su cuenta, Kepa difundió un mensaje en redes sociales donde dio su versión de los hechos, coincidiendo en que fue un malentendido.