Vaya momento el que se vivió en el Velódrome, estadio del Olympique de Marsella, donde un niño que solo tenía que hacer el saque inicial del partido ante el Rennes, enloqueció, anotó su gol y festejó como una auténtica estrella. 

Y es que el pequeño aficionado marsellés solo tenía que patear el balón en el saque inicial del encuentro; sin embargo, el niño ya tenía en mente otros planes y decidió conducir el balón hasta la portería para meter el gol de su vida.

El festejo también dio de qué hablar, pues el pequeño aficionado deslumbró a la afición presente con una celebración digna de estrella mundial: marcó, corrió, se quitó la playera y gritó como si hubiera marcado el gol del triunfo en la Copa del Mundo.