México.- La historia futbolística de Rafael Márquez en Europa pudo haber sido muy distinta. De acuerdo con lo dicho por el central del Atlas durante una entrevista, estuvo a nada de convertirse en jugador del Real Madrid tras el Mundial 2002; sin embargo, ese año la directiva merengue gastó una millonada en Ronaldo Nazário, lo que impidió que el ‘Káiser’ arribara al Santiago Bernabéu.

“El hubiera no existe, pero por algo pasan las cosas. Estaba avanzada la negociación, yo estaba ilusionado y contento, pero fue cuando contrataron a Ronaldo y se vino abajo toda la negociación. Estuve dos años más en Mónaco hasta que llegó una oferta del Barcelona y a lo mejor no era el momento adecuado para salir del Mónaco, por algo pasan las cosas. Me siento afortunado de que alguna vez el Real Madrid puso sus ojos en mí y estuvo interesado, pero al final quién iba a pensar que el rival de este equipo iba a contratarme”, dijo el michoacano a ESPN.

Respecto a su estancia en el exitoso Barcelona que le tocó integrar, Márquez aseguró que en un principio le costó trabajo adaptarse debido al alto nivel de la plantilla blaugrana, donde existían elementos de la talla de Ronaldinho, Deco, Puyol, Eto’o, entre otros.

“Siete años se dicen fácil, pero se sufren un montón. Fue mucho sacrificio. Solo hay que pensar que siendo uno de los mejores equipos del mundo, siempre trata de tener a los mejores jugadores del mundo en cada una de sus posiciones. Me costó seis meses adaptarme al equipo; no te podías relajar un día porque te pasaban los compañeros, había mucha competencia deportiva interna.

“Fue muy satisfactorio haber jugado tanto tiempo y tantos partidos, el haber ganado tantos campeonatos y disfrutar de muchas figuras. Fueron los mejores momentos de mi vida profesional y de mi vida personal, porque Barcelona es encantadora”, explicó.

Luego de su brillante trayectoria en la Ciudad Condal, el ex capitán del Tricolor aceptó una oferta de la MLS, contienda de la cual terminó decepcionado al percatarse de su menor nivel en relación a las competencias europeas.

“Cuando salí de Barcelona me llegó la frustración en Nueva York porque estaba acostumbrado a un nivel y una exigencia, un nivel de entrenamiento fuerte y un nivel de partidos intensos y llegar a otro nivel, la verdad estaba desencajado, no podía. En ese momento sí me arrepentí de ir a Estados Unidos”, confesó.