México.- Hoy 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía y, por azares o caprichos del destino, Ronaldinho, ese sonriente astro del balón, cumple años. 

Como decía César Luis Menotti, los futbolistas, al igual que los artistas emplean la palabra o la pintura, utilizan la pelota como herramienta para expresar sus ideas y emociones. Ni duda cabe que el último jugador que más hizo vibrar a la hinchada, de cualquier color, fue el diez amazónico.

Sin embargo, como buen Poeta Maldito, Ronaldinho prefirió dedicarse a placeres más mundanos que los que la pelota le podía regalar. Pero, más allá de eso, el carismático brasileño iluminó el balompié bajo la bandera de jugar para divertirse, es decir, retomó con sapiencia los planteamientos básicos del futbol. 

Lejos de elementos como Neymar, para quien todo, o lo más importante, pasa por los ceros que existan en su cuenta bancaria, Ronaldinho fue ese niño que, con base en la magia que provee el engaño, hizo del futbol “la recuperación semanal de la infancia”. 

No existió quien no sucumbiera ante los encantos balompédicos del sudamericano, incluso puso de pie al exigente graderío del Santiago Bernabéu tras impartir cátedra al Real Madrid mientras portaba la playera del Barcelona.

Aunque en la actualidad podemos deleitarnos semana a semana con la habilidad de Lionel Messi o de Cristiano Ronaldo, será difícil que un jugador vuelva a maravillar al mundo tal y como lo hizo Ronaldinho, pues, al parecer, los poetas de pantalones cortos ya no tienen cabida en un deporte donde está prohibido divertirse y, con esa condicionante, es poco probable que la técnica y la inspiración, ingredientes principales del arte y la poesía, se posen sobre otro futbolista.