México.- 132 mil 274 almas se dieron cita en el Estadio Azteca la noche del 20 de febrero de 1993 para atestiguar uno de los combates más emotivos de la historia. Toda vez que el mítico Julio César Chávez realizó la décima defensa exitosa del cetro Superligero del Consejo Mundial de Boxeo ante Gran Haugen, pugilista que salió humillado del feudo capitalino al ser vencido en el quinto asalto.

Aunque diversos reportes indican que fueron 136 mil personas las que arribaron al inmueble dos veces mundialista, lo cierto es que hoy por hoy no existe en el mundo un boxeador capaz de convocar a tanta gente para una función, por ende, el récord de asistencia a un pleito de esta índole aún lo ostenta dicha exhibición.

Los ánimos a esta batalla no pudieron llegar más calientes, y es que el exponente norteamericano aseveró previo a la esperada velada que “iba a pegarle duro a Chávez en la panza, para sacarle los jalapeños”, pues el azteca solo “le había ganado a puros taxistas de Tijuana”. Por esa razón, el ‘El César del boxeo’ ni siquiera saludó a su oponente antes de la campana inicial.

De la contienda hay que decir que Chávez dominó ampliamente, ya que en los primeros instantes mandó a la lona a su oponente, quien aguantó por cinco episodios el castigo del peleador nacional; sin embargo, el réferi Joe Cortez paró las hostilidades al ver el descompuesto estado de Haugen.

Pese a que los reflectores se los llevó el legendario boxeador mexicano, también alzaron título de campeón esa noche Terry Norris, Azumah Nelson y Michael Nunn.

Con información de ESTO