México.- El futbol industrializado ha traído como consecuencia que se paguen cifras escandalosas por un jugador, tal y como ocurrió recientemente con Neymar, por quien el PSG desembolsó 4 mil 670 millones de pesos mexicanos. Lo cual contrasta con la precaria situación económica que viven países como el nuestro, donde el salario mínimo por día es de apenas 80 pesos.

Dicha lógica permite que los futbolistas sean vistos como una simple mercancía, misma que puede ser comercializada a placer siempre y cuando exista una maleta rebosante de dólares o euros, situación que se traduce en que los elementos de los diversos equipos se dediquen más a anunciar productos y no a desarrollar todas sus habilidades balompédicas, según el análisis del reconocido y premiado escritor mexicano Juan Villoro.

“A los futbolistas les cuesta mucho trabajo entender que finalmente ellos están practicando un deporte y no solamente son una mercancía que se deba vender al mejor postor. Una y otra vez el futbolista se encuentra ante una disyuntiva: escoger el deporte o el negocio. 

“La gran paradoja es que la mejor manera de hacer negocios es triunfar en el deporte y eso no todos los futbolistas lo alcanzan a ver. Si tú eres campeón del mundo, si eres campeón con tu equipo, si logras una serie de resultados deportivos, a la postre esto te va a dar mucho más que si te dedicas desde el principio a anunciar zapatos. Por desgracia hoy en día el fútbol se ha convertido en una actividad en donde grandes futbolistas juegan mejor en los anuncios de televisión que en la cancha”, expuso Villoro al diario AS.

Sin embargo, el literato consideró que estas millonarias transacciones, muchas de ellas cargadas de ilegalidades, se efectúan bajo el cobijo de las instituciones futboleras más reconocidas en el orbe, tal es el caso del Barcelona, club de procedencia de Neymar, que prefirió las monedas que arrojaría contratar al brasileño en lugar de respetar los valores de la escuadra, lo que finalmente llevó a la detención y encarcelamiento del entonces presidente, Sandro Rosell.

“Estamos viviendo un momento en que los grandes clubes han demostrado una total opacidad respecto a la forma en que hacen negocios. Las democracias europeas considerarían totalmente absurdo que hubiera fraudes electorales, que hubiera manipulaciones ocultas en los procesos democráticos de los distintos países europeos y sin embargo esto es permitido en el deporte, hay una gran impunidad, no se fiscaliza lo suficiente, no se sabe cómo se hacen las transacciones. El contrato de Neymar tenía los dados cargados desde el principio. No en balde Sandro Rosell, la persona que hizo la operación de su llegada al Barcelona, se encuentra en la cárcel. Es verdaderamente lamentable que un club como el Barcelona, que se precia de ser más que un equipo, tenga este tipo de manejos. Varios de los ex presidentes del Barcelona se han tenido que presentar en tribunales, esto no es nuevo. Sandro Rosell le dio prioridad al negocio por encima de la tradición deportiva del club. Cambió la camiseta que estaba amparada por Unicef por una camiseta mucho más apoyada en lo económico, pero mucho menos representativa de lo que son los valores deportivos, que fue la de Qatar”, prosiguió Villoro, quien es un ferviente aficionado al deporte de las patadas, lo cual deja de manifiesto en su fabulosos libros Los Once de la Tribu, Dios es Redondo y Balón Dividido.

Finalmente, Villoro aseguró que los futbolistas son tratados con pinzas incluso por las leyes, evidencia de ello las recientes acusaciones por fraude fiscal a la Hacienda española contra Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ambos considerados los mejores exponentes de la actualidad.

“En esta dinámica se inscribe el contrato de Neymar y naturalmente cuando salen a la luz todas las irregularidades y las personas que hacen el contrato van a dar a la cárcel, el jugador se siente estafado, traicionado, también tomando en cuenta que los grandes astros del fútbol se suelen desentender de sus responsabilidades como ciudadanos comunes. Los máximos evasores fiscales de Europa son Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, son grandísimos jugadores, pero desgraciadamente parecería que por el hecho de serlo, gozan de una impunidad especial y esto no debería ser así. Neymar es un personaje conflictivo; él salió peleado del club Santos y sale peleado del Barcelona, pero creo que la gran responsabilidad es del propio club por la manera en cómo hizo esta transacción”, sentenció el brillante pensador.