El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera.<br>

Alexander Pope

Cada 90 minutos se registra un nuevo enfermo de cáncer en el país y cada cuatro horas se reporta un deceso por este mal. Un total de 1,704 fallecimientos registrados en lo que va del año y más de 4,500 nuevos casos.

El desabasto no solo se ha dado en este gobierno, pero se ha agudizado y los estragos se han multiplicado. Muchas personas han perdido la esperanza.

Respuestas por parte del gobierno han sido malas y escasas. Eso es imperdonable.

Recientemente, el doctor Hugo López-Gatell (quien se encarga también de la COFEPRIS) prefirió dejar plantados a los familiares de los enfermos oncológicos...

Y mismo con la desesperación de los padres de familia por la falta de medicamentos, el secretario de salud Jorge Alcocer, al comparecer ante el Senado, negó el desabasto y se comprometió a un reporte mensual de la distribución de los mismos. Este no se ha dado o no ha sido público.

El IMSS se reunió con los padres de familia, prometiendo abastecer los medicamentos este mes, pero lo que ha resultado es otro problema. La COFEPRIS anunció el sábado una alerta sanitaria por el robo de más de 37,000 medicamentos contra el cáncer. Este ocurrió el 5 de octubre y, para cuando se dio a conocer (día 10), no había ninguna denuncia interpuesta ante la Fiscalía General de la República. Nadie informó de la compra, los padres nunca vieron el medicamento y, el colmo, se les pidió que ellos hicieran la demanda pública. Otra rareza es que las medicinas provenientes del laboratorio Kemex carecen de registro sanitario en el país, pero aun así fueron adquiridos por el gobierno. Más que un extraño proceder de la autoridad, esto refleja el continuo desatino de la 4T.

Mismo si las medicinas oncológicas robadas llegaran a manos de enfermos, no deberán ser usadas, pues se desconoce cuál fue el manejo adecuado (transporte y almacenamiento) de los mismos, comprometiendo su calidad.

La COFEPRIS señaló: “los medicamentos oncológicos son para uso exclusivo del sector salud (Secretaría de Salud, ISSSTE, IMSS, SEMAR, SEDENA) por lo que no pueden adquirirse en farmacias particulares, hospitales privados o a través de internet y redes sociales”. Con su petición olvidan —una vez más— que, desafortunadamente, si los padres no reciben el medicamento para los niños o sus familiares enfermos por medio del sector salud, harán todo para conseguir la medicina para sus seres queridos.

Pretextos existen, como es decir que el desabasto es parte del neoliberalismo o, uno más cruel: “a muchos de esos niños igualmente no les iba a servir el tratamiento”. Tal vez esto último sea cierto en algunos casos, pero para quienes sufren en carne propia el cáncer o en sus familiares, ¿se merecen ese tipo de comentarios? Total, ya de por sí reciben algo peor: la falta de medicamentos.

No está habiendo empatía por parte de la 4T ante los miles de muertos por el cáncer.

No necesitamos ser médicos, tampoco estar enfermos o tener seres queridos aquejados de algún tipo de cáncer. Requerimos las medicinas y ser empáticos con quienes no tienen la misma salud que nosotros.

Posdata

Si Ud. quiere donar/ayudar u obtener mayor información, puede entrar a la página de AMANC (Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer).