La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.<br>

Antonio Machado

Las cifras compartidas por el presidente López Obrador en su segundo informe de gobierno no cuadran con las ofrecidas por distintas dependencias de su administración. Por ejemplo, ayer dijo que la Guardia Nacional cuenta con 97 mil elementos, aunque en el anexo del informe entregado por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero —de acuerdo a lo reportado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, y recientemente avalado por el secretario Alfonso Durazo—, la cifra es de exactamente 36,064 integrantes. De ese tamaño es la divergencia en las otras cifras del otro informe de AMLO. Con tales discrepancias, vale la pena preguntarnos: ¿de algo sirve que se comunique el estado que guarda la nación?

Desafortunadamente esta no es la única cifra, dicho o hecho que difiere con la realidad de nuestro país. El mandatario dijo que ya no se vivían masacres en nuestro país (lean el texto del discurso que está montado en la página de Presidencia o de cualquier diario de circulación nacional). Ahí basta y sobra preguntarle a la familia LeBarón para contrarrestar dicha aseveración presidencial. O a los deudos de los asesinados la noche de ayer en un velorio que se llevaba a cabo en Cuernavaca, Morelos.

Desgraciadamente las masacres y la violencia no han disminuido, aunque el titular del ejecutivo se empecine en decir lo contrario. De hecho, también los feminicidios van al alza. Con 78 mujeres asesinadas al mes, el aumento es casi del 9% de diciembre 2018 a julio de este año.

Pero vayamos a lo que son los grandes pilares de su plan de gobierno: el número de pobres ha aumentado y no cono efecto de la pandemia. La economía sigue decreciendo, y ya lo hacía desde el 2019. El impacto que se tendrá en México superará los 10 millones de desempleados (Coneval, Inegi, Cepal) y se tendrá un decrecimiento del 12%, el peor desde 1932, dicho por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera. Pemex, que se planeaba como motor del desarrollo, es el triturador del mismo, con unas pérdidas salvajes y crecientes. Más de cuatro millones de pesos pierde AL MINUTO.

Ahora analicemos lo que no podía preverse, pero si combatirse: lo que sucede con la forma en que se enfrenta al covid. Otra vez, su mismo equipo da una óptica diferente a la manejada por López Obrador. No se olvide que Hugo López-Gatell en su momento aseguró que sería un escenario catastrófico llegar a 60,000 muertos. La cifra ha sido superada; el segundo informe ya terminó y las defunciones por el virus no se ve que paren. Con más de 606,000 contagios y poco más de 65 mil muertos, México es ejemplo de cómo NO afrontar el covid a nivel internacional, estando en la deshonrosa lista de primeros lugares. No importa que el jefe del ejecutivo diga que se sigue una estrategia no heterodoxa de combate al coronavirus, que luego querrá ser emulada, si mismo en las malas versiones heterodoxas —la de España, mencionar un caso—, con un número de contagios por el millar parecido al de nuestro país, las tasas de mortalidad son mucho más BAJAS que en México.

El dicho “no seré recordado por corrupto”, no tiene sustento. México sigue ascendiendo en la clasificación de países más corruptos; ¡se coloca ahora en la séptima posición mundial más mala! Y eso de acuerdo al The World Justice Project 2020, referente en la materia e índice utilizado por el propio Andrés Manuel para cuestionar sexenios anteriores.

Asegurar cuidar el ambiente “como nunca” no solo es erróneo, es abiertamente falso. El mandatario hace mutis de la deforestación causada por el Tren Maya, de la destrucción de las regiones que circundan Dos Bocas, de la creciente quema de combustóleo para producir electricidad.

¿Apoyo a la educación? Se traduce en la vida real con una disminución de más de 6 mil millones de pesos por recortes de “austeridad”. Por supuesto eso no es limitativo al incremento de presupuesto para remodelación de algunas áreas de la SEP o al aumento en las llamadas pensiones doradas de CFE, lo cual se convierte en una injusta e inmerecida sangría constante a las arcas de la nación.

En suma: la realidad es diferente a la esbozada ayer en Palacio Nacional; una larga retahíla de falsedades. Lo que sí fue similar a lo tantas veces criticado fue el formato acartonado de todo el evento.

AMLO prometió hacer historia y vaya que lo está haciendo. Lástima que no sea la que requiere México, una que mire al futuro y construya para llegar ahí. Es con la vista puesta en el pasado, en un pretérito que tanto daño le hizo a nuestro país, un remoto tiempo que ya caducó en tecnología, economía, política, ley y razón de ser.

El mundo se prepara —se enfoca, al menos— para enfrentar el futuro, la 4T insiste en retornar al pasado propinándonos “el otro informe” que nada nos dice, que de nada nos sirve.