Amor, dinero y cuidado, no puede estar disimulado.<br>

Refrán

Presupuesto compuesto

A punto de aprobarse el presupuesto federal para el 2020 y los números simplemente no cuadran. ¿O sí? Y es que las entidades federativas más beneficiadas por el mismo son las gobernadas por Morena. No me sorprendo ni escandalizo, así ha sido antes muchas veces con otros partidos en el poder. Sin embargo hay que señalarlo, particularmente cuando lo diseña un gobierno que prometió cambiar...

Tan solo en el rubro de programas de corte social carentes de reglas de operación, el total a repartir entre los estados asciende a 318 mil millones de pesos. De esa bolsa, las seis entidades morenistas se llevarán el 68%, un 14% los 12 estados priistas y los nueve panistas, el 10% del presupuesto. El restante 8% será repartido entre los dos estados perredistas (Quintana Roo y Michoacán), Jalisco (Movimiento Ciudadano) y Nuevo León (independiente).

Un propósito clientelar

Esta asignación tiene diferentes derivadas. La primera, ya se dijo, es que los estados morenistas tienen una bolsa mucho mayor que sumando el presupuesto otorgado a todos las demás entidades (68% vs. 32%). La segunda es que muy probablemente dentro de poco los ciudadanos comiencen a experimentar que los gobiernos emanados de Morena “hacen más”, mientras que los de “oposición” hacen poco o nada (pues no les alcanzará). Electoralmente hablando, en un futuro se obviará que la diferencia se explica en muchos miles de millones de pesos.

De los gobernadores surgidos de Regeneración Nacional, algunos —la honrosa minoría— harán excelente uso de esos recursos. Pero más que una lupa requerirán muchos de ellos 

Naturalmente, la oposición considera que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 tiene fines claramente clientelares, máxime que en octubre del próximo año inicia el año electoral federal. No creo que esté errado su pensar.

Restricciones (no solo para los estados)

El presupuesto a votar disminuye la participación de los organismos autónomos y recorta fondos para municipios. En el primer caso, su autonomía quedará en entredicho. En el caso específico del INE, al iniciar el año electoral del 2021, esto es, a finales del 2020, estos recortes (restricciones presupuestales) pueden llegar a ser contraproducentes en la planeación y ejecución de las elecciones.

Para el caso de municipios (y nuevamente para las entidades), al disminuirles de forma real el presupuesto para proyectos de infraestructura, les obligan a que solo el gobierno federal pueda construir, y con ello se erosione más el federalismo. Eso además de debilitar la división de poderes y concentrar mayor fuerza en la persona que detenta el ejecutivo federal.

¿Qué debieran hacer?

-Los gobernadores. Recaudar el monto suficiente vía impuestos estatales para cumplir también con sus obligaciones. El problema de ello, es que son muy pocos los estados que pueden hacerlo en este momento. Obviamente lo más equitativo y justo sería que las entidades recibieran un presupuesto basado no en una cuestión de afinidades ideológicas, sino de necesidades urgentes de la población y tomando en cuenta las aportaciones que cada entidad haga a la federación. Un presupuesto basado en resultados, y que conforme a lo alcanzado cada año, este aumentara.

-La Cámara de Diputados. Lo principal: cumplir con su encomienda constitucional. La cual no significa (como en otras administraciones pasadas federales) cumplir los deseos/caprichos/voluntades del presidente. Esto es, no se debería pasar el presupuesto cómo lo envía Hacienda, no importa las presiones ejercidas por el ejecutivo. Debería ser discutido, corregido, modificado y que quedase lo más equitativo y justo posible.

-López Obrador. Ser el presidente equitativo y demócrata que prometió. Aquel que no solaparía amiguismos o permitiría el influyentismo. El presupuesto enviado al Congreso de la Unión es calca de todo lo que abjuró. Ojalá cambiase de actitud, de propuesta; ojalá actuase como presidente de una nación y no de un grupo político o tendencia ideológica.