Por convidado un sátiro tenía<br>un hombre, a cuyo rostro estando atento,<br>consideró que con un mismo aliento<br>calienta el frío y la comida enfría...<br><br>Tal es la lengua, si aborrece o ama,<br>que lo que ama alaba y engrandece,<br>y vitupera aquello que desama.<br>

Lope de Vega

En la mañanera del pasado miércoles, ante pregunta expresa del periodista Jorge Ramos sobre la violencia en nuestro país, Andrés Manuel López Obrador contestó con un: “eso sí calienta”. Y tiene razón; hay muchas cosas que hoy calientan el ambiente en nuestro país. No todas necesariamente son debidas a la Cuatro Té; a veces se tienen cortesía de la oposición política o de la ciudadanía misma.

Calienta observar cómo el país se desangra, se muere en sus calles, en sus ciudades, en todas partes, mientras que la discusión en redes sociales se centra en temas baladíes.

Enfurece ver cómo la oposición no acepta que los errores de los gobiernos pasados (pifias, amiguismos, soberbia y corrupción, los más), lanzaron al país a manos de Andrés Manuel.

Irrita, también, que quienes apoyan a López Obrador, aceptan sin chistar los yerros, pifias y corruptelas de sus funcionarios; ello bajo el argumento: “antes también lo hacían” o “¿por qué no te quejabas antes?”.

Molesta que una parte de la población se esboza casi en el paraíso, mientras la otra ve todo color negro.

Calienta, porque arde, ver cómo el hoy líder de los mineros, senador de la República, y quien está haciendo un nuevo poder sindical calcando la tiránica CTM del vetusto PRI, sea arropado y cuidado por quien antepone la honestidad a todo lo demás.

Nos deja helados la inconsistencia de haber peleado doce años por conseguir la presidencia, y ahora no oponerse a que un gobernador extienda su periodo de forma ilegal, robándole a la democracia y al pueblo.

Acalora escuchar que vamos “bien, bien, muy bien”, cuando en la primera quincena de este año, las calificadoras basándose en los pronósticos de Hacienda y en el nulo crecimiento del 2019, y en la disminución de empleos formales, han vuelto a disminuir la expectativa de crecimiento de nuestro país.

Afiebra la sangre al escuchar que por una pésima planeación y nula logística, el INSABI sigue sin funcionar y, lo peor, hay un desabasto nacional de vacunas.

Enardece saber que Calderón busca crear un nuevo partido político, solo para pertrecharse cómo diputado federal, cobrar millones al año a través de dicha organización, pulverizar la menguada oposición y robar la oportunidad de crear firmes y posibles liderazgos para el 2024.

Enciende ver a una oposición mojigata y pazguata, como si le tuvieran amarrada por sus acciones en el pasado.

Tiene razón López Obrador, hay muchas cosas que sí calientan y que deberían ser sacadas de la lumbre. Ni amor ni vituperio; solo nombrémoslas, denunciémoslas y actuemos siempre en consecuencia.