...mi defunción se va, parte mi cuna,<br>y, rodeada de gente, sola, suelta,<br>mi semejanza humana dase vuelta<br>y despacha sus sombras una a una.<br>Y me alejo de todo, porque todo<br>se queda para hacer la coartada:<br>mi zapato, su ojal, también su lodo<br>y hasta el doblez del codo<br>de mi propia camisa abotonada.<br> <br>

César Vallejo

El domingo 13 de octubre pasará a la historia como el día de un ataque directo y artero a la democracia.

La consulta popular de Baja California, misma que tendrá un alto costo para Andrés Manuel (el no haberla apoyado resultaba peor, como comenté ayer en este espacio), simboliza el desprecio absoluto y abierto a las instituciones democráticas, la violación de la Constitución y leyes, y la muestra inequívoca de que la voluntad de la ciudadanía no importa.

Consulta ilegal sobre una reforma anticonstitucional, ignorando las recomendaciones de las instituciones (del INE entre otras).

Por si lo anterior no fuera suficiente, Notimex, la agencia de información del Estado Mexicano, divulgó resultados adelantados de ese ejercicio, olvidando que su deber es informar de forma imparcial. Lo que hasta ahora se ha llamado Notimex, pasa a ser NotiMorena.

Redondeando la burla a las instituciones y a la ciudadanía, las preguntas lanzadas en las boletas de la consulta resultaron tendenciosas y amañadas.

A todo lo anterior, no se debe olvidar que ningún órgano legalmente constituido para tales fines realizó la consulta. Con ello solo se muestra el desaseo realizado tanto por el gobernador electo, Jaime Bonilla, como de los otros poderes en Baja California.

Particularmente irónico es que la única esperanza sea que algún connotado miembro de la 4T (o defensores de) salga a la palestra virtual de Twitter para denunciar esta consulta, una usurpación del poder por cinco años, mientras que pida no convalidar a un vulgar usurpador.

Tal vez algún despistado se trague el cuento de que si en la consulta ganó la idea de los cinco años, se está siguiendo la voluntad de los ciudadanos. Falso.

En el ejercicio mencionado no se requirió presentar siquiera la credencial de elector, ya por no hablar de la ausencia de tinta indeleble.

Todo se reduce (si bien no debía haber sido necesario) a la decisión de una maltrecha SCJN. Ojalá dictamine lo obvio: que esto es una asquerosa burla y que es necesario respetar la primera decisión de los ciudadanos bajacalifornianos (la del 1° de junio). De no hacerlo así, el réquiem por la de por sí enclenque democracia en México comenzó ayer.