Tanto nadar, para ir a morir en la orilla...<br>

Refrán popular

Como sucede con los cultos y fanatismos religiosos, la 4T no es en esencia una fuerza creativa, ni siquiera transformadora, sino destructiva. Destruir es la consigna como paso anterior a un “renacimiento” social.

Incluso si preguntamos a los adherentes a AMLO: mencione usted algo nuevo y concreto que haya creado el lopezobradorismo en materia de política pública, la respuesta será un “nada”. Si se le inquiriera lo siguiente: nombre usted alguna acción creativa (en el sentido de crear) de la presente administración, la respuesta también será un ‘’nada’.

Los críticos, por su parte, hemos caído en analizar y debatir sobre la conveniencia y la honestidad de la 4T de combatir, por ejemplo, la corrupción; de concentrar el poder; de conducirse de tal o cual manera; de negociar o no con ciertos actores; de pronunciar tal o cual narrativa; etcétera, pero pocos han advertido la característica fundamental de la Cuarta Transformación: la ausencia de cimientos institucionales, de programas, de actores, de políticas para construir en la práctica —y ya no solo en el discurso o en la ideología— una nueva y más provechosa realidad social como nación.

Más allá de la palabra y del compromiso verbal del primer mandatario, ¿qué elementos y componentes de política pública verificables y medibles ha dispuesto el gobierno federal para poder cuantificar y validar el progreso en materia de bienestar social? Nuevamente, la respuesta es “ninguno”.

La 4T ha resultado muy atractiva para millones de mexicanos porque les confiere un sentido de unidad y de propósito común: derrotar la corrupción, enterrar regímenes pasados, alcanzar una justicia social. Sin embargo, la fuerza de atracción no deja de ser más que un ideal que tiene todo que ver con percepciones de los individuos, pero no contiene verificativo.

Y, al igual que los integrantes de cultos de corte religioso, los adherentes a la 4T no se reconocen como tales y no aceptan que forman parte de una estructura de este tipo.

Implementar la 4T se ha vuelto un fin en si mismo, no importando el costo individual, ya no se diga el sacrificio social.