Hoy existe el régimen y la oposición

La situación se antoja compleja y desalentadora. Por un lado, el autoritarismo y la ignorancia rampante; por el otro, la oposición y su cuasi necio intento por enarbolar la bandera de la esperanza. Luego en medio vienen las complicaciones. Bien me dijo un día mi maestro, Juan Cortiñas Barajas: 

"La vida no es binaria ni es un melodrama; la vida realmente está pintada de claroscuros."

Juan Cortiñas Barajas

Y estoy de acuerdo con él.

Sobre todo cuando se trata de la vida pública. Porque no existe la dicotomía que dibuja el discurso oficial. La demagogia del lopezobradorismo se centra en una falacia de falso dilema. O con el movimiento; o en su contra. Falacia ramplona, mas fructífera, pues se nutre de la trágica estupidez humana. Esa idiotez que en 2018 provocó, se fragmentara el voto, permitiendo así se instaurara la nueva dictadura tropical del mesianismo selvático.

La figura del "voto útil"

Dicho esto y contradiciendo a la realidad, en este país por tratarse de un surrealismo idiosincrático, no hay lógica trazada sobre piedra. Por consiguiente, tendré que incurrir en una contradicción inmediata: este seis de junio tenemos justamente que ir en contra de lo expuesto: tenemos que polarizar la elección. Porque hoy existe el régimen y la oposición. No hay más. Por mucho que digan los ‘naranjas’ que son una tercera vía; la realidad es que eso no es cierto. Falso. El dueño de ese partido se vendió al poder, como toda su vida lo ha hecho, desde los ochenta y a la fecha. Sus candidatos son esquiroles electorales que fungen como obstáculo al titubeante paso que llevan los partidos opositores hacia la lucha por salvar nuestra frágil e incipiente democracia.

Los cínicos que lo saben, pero se hacen pendejos

La figura del ‘voto útil’ no es una postura política mediocre. Y mucho menos el día de hoy. Porque actualmente, votar por el bloque opositor es combatir por la libertad y por la democracia. Habrá quién no entienda lo que está en juego. Nadie está obligado a pensar ni a hacer un esfuerzo inteligente de vez en cuando. Por eso hay quienes aún dilapidan Fe en la indefendible gestión de los profesionales de la ineptitud; o quienes confían en esa embustera alternativa al oficialismo o la oposición. También están los cínicos que lo saben, pero se hacen pendejos. Todavía hay quienes prefieren el ‘Hueso’ en el plato, que un futuro de platos llenos de huesos y nada más. Hijos de puta.

El seis de junio será todo, menos simple ni inmediato

El problema es que somos apasionados de lo inmediato, de lo simple. Por eso nos entregamos sin reservas a la solución más fácil. Pero luego viene la desilusión, y se desatan nuestros peores complejos. El resentimiento. El odio.

Y el seis de junio será todo menos simple ni inmediato: Va a ser duro votar: el sol caerá como plomo, la organización dejará que desear, las filas se extenderán por kilómetros, el miedo al contagio estará presente. Todo será lento y tedioso. Pero hay que salir a votar. O todo quedará en manos de a quién se le pague para hacerlo.

Por mi parte, también apelo a la memoria: de vez en cuando considero importante recordar: al PRD se le debe la democratización de la Revolución y por consiguiente del movimiento que acabó por materializar los cimientos de nuestra nación como la conocemos hoy. Al Sol Azteca le debemos la pluralidad y la libertad de este país. Somos libres sexuales, religiosos, políticos, sociales, gracias al Partido de la Revolución Democrática. O sea que del mismo modo también somos deudores del amor contra los colores amarillo y negro. Este partido ha ofrecido vidas humanas por la perenne lucha de un México mejor. 

Y en ocasiones se ha triunfado; sin embargo, por románticos empedernidos pareciera ser que se ha optado por el enamoramiento tóxico del fracaso. Casados con la derrota, los perredistas vimos el triunfo del caudillo que se gestó en las entrañas del partido. Una victoria que sucedió justo cuando el cacique se divorció de la institución que lo hizo.

Desconoció a su madre y a su padre. Al final eso pasó. Ni hablar. No lo queremos. Por eso insisto: el ejemplo claro de que hay que darle el beneficio de la duda al PRD está encarnado en quienes hoy detentan el poder. Los perredistas somos los enemigos acérrimos de la 4T. Porque somos todo aquello que ellos no son. Y que cada quién saque sus propias conclusiones.