En el transcurso de los días pasados el Ejército mexicano ha puesto a disposición de la SIEDO (Subprocuraduría de Investigaciones Especiales contra la Delincuencia Organizada) de la Procuraduría General de la República (PGR) a 3 Generales y a un Teniente Coronel adscritos (dos de ellos en retiro) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

 

Lo anterior no es sorpresa alguna por diversos hechos consumados con anterioridad donde funcionarios militares del mismo nivel han sido enjuiciados, incluso declarados culpables por diversos delitos relacionados al narcotráfico y a la delincuencia organizada en todas sus vertientes. Solo el mes pasado ejecutaron a un general en activo Arturo Acosta Chaparro al parecer por los mismos nexos.

 

Sin embargo, toda esta situación de la detención de los generales y el teniente coronel están involucrados en las campañas electorales, sobre todo para la de Presidente de la República, donde supuestamente, va liderando Enrique peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

 

Al menos uno de ellos (Tomás Ángeles Dauahare) esta ligado a las estructuras del PRI, ya que a través de la Fundación Colosio ha sido invitado a diversos foros sobre seguridad en los cuales ha brindado su opinión sobre diversas situaciones. No es raro ver miembros del Ejército que a su vez son militantes  del PRI, esto debido a que desde siempre los han aceptado para que pongan en práctica sus dotes políticas. Algunos de ellos, han sido Diputados y Senadores.

 

Sinceramente, este acto no abona en nada a la certeza jurídica que debe haber en las próximas elecciones presidenciales, parece que el Gobierno Federal impulsa con sus acciones a que la situación social se enturbie. Estas detenciones no ayudan a clarificar el papel de las fuerzas armadas dentro de la delincuencia organizada y si dejan ver a un PRI atormentado por sus fantasmas del pasado.

 

Es del conocimiento público que el PRI fue un negociador con los grupos delictivos cuando ellos eran parte del gobierno, no solo con el narcotráfico, sino con diversos tipos de situaciones como el contrabando (fayuca), vendedores ambulantes y piratería. Ellos estimularon este proceso donde los funcionarios de gobierno transaban (negociaban) con la delincuencia organizada para que pudieran operar.

 

Sin embargo, es necesario aclarar cual fue el verdadero papel de los miembros del ejército y que se presenten las pruebas porque varías acciones del Gobierno Federal apuntan a mantener un ambiente de tensión que no permite claridad y transparencia en los procesos electorales que ya se desarrollan. No es posible que el estado reconozca que hay delincuentes dentro del ejército, ligadpos a un partido político que participa en los comicios.

 

Y aunque no se defiende a nadie, si es obligatorio para el bienestar del país y de las próximas elecciones que estas detenciones se aclaren de manera total, sin dejar duda alguna. Para que no haya protestas e impugnaciones al termino de los comicios.