En recientes días hemos podido ver “en cadena nacional” –editado- un falso debate, realmente declaraciones descalificatorias entre el Gobernador de Veracruz por dos años Miguel Ángel Yunes Linares y el líder del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador.

Los mensajes publicados en la televisión son editados, es decir cortados, eliminan lo que no quieren que se difunda, solo lo que a sus intereses conviene, así han sido siempre, por eso nadie cree en ellos. Solo les faltó poner música de fondo.

De esta serie de descalificaciones se alimenta la opinión pública y los simpatizantes de uno sienten que ganó su personaje, los medios sienten que ganan al criticar bajo su tendencia. Realmente los dos personajes ganan frente a un mediocre electorado. Al convertirse en tema ambos llevan agua a su molino. Solo fortalecen sus cuadros.

Miguel Ángel Yunes tiene desesperación por ubicarse en los medios y las raterías de Javier Duarte son el medio propicio, resucitar temas como el de las medicinas caducas, un ejemplo; su fin es ganar el mayor número de presidencias municipales en las elecciones de junio próximo, principalmente para ganar el municipio de Veracruz con su hijo el senador Fernando Yunes Márquez y perfilar a su otro hijo Miguel Ángel Yunes Márquez alcalde actual de Boca del Rio a la gubernatura próxima. Todo un interés político personal y para eso enfrentarse a Javier Duarte, Fidel Herrera y ahora Andrés Manuel López Obrador, son la mejor opción.

AMLO en el pasado proceso electoral por medio de Morena y su candidato Cuitláhuac García Jiménez lograron ubicarse como la tercera fuerza política ganando 15 de los 30 distritos electorales por encima del PAN que ganó 12 y el PRI tres; fue la gran sorpresa. Aquí es donde radica la razón de la disputa actual.

Miguel Ángel Yunes y Andrés Manuel se enfrentan en todo terreno por las 213 alcaldías de Veracruz; segundo antecedente previo al 2018 luego del Estado de México. Aquí se juegan las estructuras de PAN-PRD contra Morena; el PRI fulminado.

Sin embargo los medios oficiales cosechan en medio de la tormenta, trabajan para denostar a AMLO y así sumar puntos favorables al PAN. 

En un segundo escenario AMLO se sube a un ring en el que puede perder más de lo que pudiera ganar ya que a sus declaraciones enciende la furibunda reacción anti-peje; es una apuesta arriesgada sabe que no le conviene pelear contra Miguel Ángel Yunes pues nunca van a votar por AMLO simpatizante ideológicamente del PAN o de algún Yunes, jamás. Por otro lado apuesta a tener presencia en medios –aunque sea objeto de denostaciones- sabe que es una de las más efectivas promociones.

Televisa –que nunca va a cambiar-  cree que explota los espacios en las declaraciones editadas sobre ese falso conflicto personal de   ver quién es el más corrupto en este lance. Indiscutiblemente que en la competencia curricular de Yunes y Andrés por ganar el Oscar al más corrupto hay siempre niveles y aquí cada lector tiene su respetable criterio.

Ahora me pregunto si es un gran tema para los medios oficiales esta baratija de confrontación verbal entre dos políticos mexicanos cuando los exhiben en segundo plano luego del primer gran tema que es la política exterior con Donald Trump. Realmente  son relevantes esas descalificaciones o intentan ocultar y solo mostrar lo que les puede resultar efectivo para bajar las preferencias de uno y subir las expectativas de otro, personaje o partido.

México ha cambiado y es muy complejo seguir manejando los mismos esquemas de manipulación tradicionales que por décadas fueron efectivos; si la medicina no es la adecuada causa irremediablemente efectos contrarios, y siempre los excesos de temor inducen a tomar determinaciones inadecuadas.

En todo esto no gana Andrés, no gana Miguel Ángel Yunes, ni Veracruz, ni Televisa.