Eran apenas las semanas previas a la llegada de José López Portillo a la presidencia de México, cuando una noticia conmocionó el ambiente político y social del país.

Margarita López Portillo, hermana y consejera del primer mandatario, había sufrido un atentado mortal.

El 11 de agosto de 1997, un grupo de cinco hombres intentaron cortar el paso al coche donde viajaba Margarita.

Fue una acción TERRORISTA de alto impacto destinada a secuestrar a la mujer.

El chófer de Margarita aceleró al adivinar las intenciones de los presuntos asaltantes, quienes iniciaron un tiroteo con los policías de escolta que duró entre tres y cinco minutos, incluso llegaron a lanzarle alguna bomba de mano.

Margarita para salvar su vida se tiró al piso del auto en el que viajaba.

David Jiménez Sarmiento, líder de la Liga Comunista “23 de septiembre” murió en ese intento de secuestro. Sarmiento era el hombre más buscado por la policía mexicana en aquellos tiempos.

José López Portillo, un personaje cuyo carácter temperamental lo llevó a ser el abogado personal del divorcio de sus dos hermanas, Margarita y Alicia, y a enfrentarse con los abogados de sus ex cuñados hasta físicamente en los juzgados, entregó desde ese momento la vigilancia de TODA SU FAMILIA, a su verdadero hombre de confianza en materia de seguridad: Javier García Paniagua.

Precisamente García Paniagua fue padre del personaje a quien Claudia Sheinbaum reincorpora a los trabajos de seguridad más delicados de la CDMX, Omar García Harfuch.

La disciplina cuasi militar que tenía Javier García Paniagua la sumó a su gran intuición para conocer de asuntos de carácter policíacos y de seguridad nacional.

Javier García Paniagua era un hombre al servicio del Estado. Iniciaba diariamente sus labores a las cinco de la mañana. A esa hora comenzaba el recuento de información que le llegaba de todos los rincones del país. Lo depuraba y procedía a enviarlo a sus jefes.

Don Javier supo también establecer una red informativa de gran calado en relación a las actividades de grupos terroristas primero y de narcotraficantes después.

En sus archivos y códigos de operación se consignaban las actividades realizadas, o por realizar, de personajes como Don Neto, Caro Quintero, El Señor de los Cielos y toda la telaraña de personajes que formaban parte del mapa de la delincuencia en México y en gran parte de Estados Unidos.

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó el sábado pasado a Omar García Harfuch como nuevo jefe general de la Policía de Investigación de la capital y coordinador de Inteligencia del Gabinete de Gobierno y Seguridad.

García Harfuch sustituyó en el cargo a Bernardo Gómez del Campo, quien se desempeñará como subsecretario de Desarrollo Institucional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Además, ayer se presentaron dos agrupamientos policiales; uno enfocado al combate de la delincuencia organizada, y otro dedicado al apoyo a la población en tareas rescate y protección civil.

Se trata del Comando de Operaciones Especiales y de la Unidad Táctica de Auxilio a la Población, grupos que estarán enfocados en patrullajes o vigilancia, así como apoyo a la población en caso de emergencia.

Esa recomposición en los cuadros en la seguridad de la CDMX, encabezada por el entronizamiento de Omar García como nuevo zar antidelincuencia capitalina, dota a Sheinbaum de una incuestionable, y hasta temible, capacidad de respuesta a las acciones criminales que han sacudido recientemente a la capital del país.

Pero además le otorga un nivel de información clave y estratégica sobre la seguridad nacional que, sin duda, le ayudará a reafirmar su condición de ser una de las gentes más confiables y cercanas de Andrés Manuel López Obrador y con ello se consolida como parte muy importante de la baraja sucesoria con la que está jugando el tabasqueño con miras al 2024.

Una baraja de la que quisieron sacar a Claudia Sheinbaum aquellos cercanos a AMLO que le tienen celos, y temor a la cercanía y al afecto del hombre de Macuspana que tiene muy firme a la poderosa Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Por el bien de los capitalinos, ¡Bienvenido Omar García Harfuch!