Algunos especialistas y comentócratas que, durante décadas, han atizado durísimo en la crítica al presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguran que comenzó el principio de una era que se irá deconstruyendo de aquí al 2021, a Morena, y su arrastre en la imagen del ahora mandatario. Ni la una, ni la otra. En Coahuila e Hidalgo permearon varios aspectos que detonaron en el triunfo del PRI. No obstante, hay que recordar que, Morena, ganó y desplazó al PAN, siendo que el primero— ha constituido un predominante bastión del tricolor.

Cuando “Alito” hace referencia a que arrasaron, manifiesta a la mayoría de distritos y ayuntamientos. Tal vez tengan razón, fue el partido más sobresaliente— pero, vamos a fundamentar algunos aspectos que consideramos importantes y que permearon el día de la jornada electoral:

  1. A raíz de la herencia de aquella aplanadora del siglo XX, el PRI orquestó un trabajo operativo desplegado por las mismas prácticas antisociales en un esquema de anomalías.
  2. Ambos Estados durante años— han sido epicentros del priismo.
  3. Durante el ejercicio se denunciaron operadores que, durante el día, estuvieron entregando apoyos económicos, útiles escolares, materiales y Kits de limpieza para contrarrestar los efectos de Covid-19.
  4. La competencia se tornó desigual— porque en las mismas reglas del juego, se aprovecharon de los programas sociales para coaccionar el voto. Amagaron según algunos testigos, con retirar apoyos que vienen etiquetados directamente de la federación, en especial, a los sectores más vulnerables.
  5. Morena no estuvo de lleno por las confrontaciones que arrojó la dirigencia Nacional, y el nuevo proceso de selección que aún está en juego. (Algunos empujaron fuerte, otros simularon) Mario Delgado fue de los más activos junto a Antonio Attolini, y otras figuras de peso.
  6. El mismo conflicto arrastró incertidumbre entre los simpatizantes y militantes de Morena.
  7. No se vigiló el voto como en 2018.
  8. A Morena le faltó mostrar unidad.

Evidentemente esas razones se mezclaron con el viejo legado putrefacto del PRI. 

A Morena le urge que el proceso de renovación llegue a su final. Asimismo, tener un representante que esté a la altura de los grandes desafíos; quedó claro que, Regeneración Nacional, tiene que cerrar filas y mostrar civilidad política. A estas alturas del partido las elecciones del 2021 están en la fase previa. Ahí, Morena ya no puede darse el lujo de estar sin dirección.

Según los mismos datos de diferentes investigaciones, Morena ganaría 14 de 15 gubernaturas; algunas de ellas con gran diferencia; otras— con votación más dividida como el caso de Nuevo León. Asimismo, hoy circuló un sondeo de Massive Caller en donde el Movimiento de Regeneración Nacional alcanzaría de acuerdo con estimación, más de 255 curules con sus principales fuerzas aliadas. Esto significa que, la siguiente legislatura, será mayoría en San Lázaro.

Por ello, el PRI no debe cantar victoria. Las causalidades que permearon fueron pieza clave pero, no decisivas para el 2021 en la que el PRI tendrá su verdadera prueba de fuego.

Notas finales.

Con una nueva dirigencia Nacional de Morena, habrá mayor organización— que fue escasa durante la jornada electoral que se vivió en dos Estados. Además, el nuevo proceso que vivirá el partido guinda— será el hilo conductor de la unidad que, también, fue uno de los factores ausentes en este ejercicio. Los pronósticos han anticipado que Mario Delgado ganaría el próximo fin de semana la presidencia del CEN de Morena con más del 64% de intención porcentual; por ello, Delgado tendrá que sanar y cicatrizar las heridas, sobretodo, de aquellos que comenzaban a formar grupos alternos para tener injerencia en la toma de decisiones. Asimismo, cerrar filas para que Morena— muestre su verdadero músculo como en 2018, con el pueblo: su máximo exponente.