El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro es el más contento con la renuncia del delegado federal Carlos Lomelí, uno de sus grandes adversarios políticos que le fue impuesto como contrapeso por el gobierno de López Obrador. Sobre todo, por la actitud triunfalista del morenista cuando asumió el cargo. 

Alfaro fue uno de los mandatarios que más se resistió a la figura de los “superdelegados”, durante semanas dio duras declaraciones sobre su aparente carácter anticonstitucional.

Hoy después de la renuncia del delegado, Alfaro ya alzó la voz y declaró que espera que no todo se quede en una simple renuncia y se lleven a cabo las investigaciones correspondientes. La misma solicitud que han realizado decenas de analistas, activistas, periodistas y ciudadanos en general, vía redes sociales. 

Y es que, aunque, Irma Eréndira Sandoval, titular de la Secretaría de la Función Pública dio a conocer la renuncia como una victoria –casi personal–, o al menos eso fue lo que se percibió. No debemos olvidar que las sospechas sobre el probable conflicto de intereses que pesa sobre Lomelí comenzaron con una investigación de las periodistas Valeria Durán y Laura Sánchez Ley de Mexicanos contra la Corrupción. 

Todo esto se deriva de las denuncias por supuestos hechos de corrupción y conflictos de intereses luego de que una de las empresa farmacéutica Abisalud, habría obtenido jugosos contratos por más de 160 millones de pesos a instituciones de salud federales.

Recordar también cómo cuando las mencionadas periodistas acudieron a la conferencia mañanera a cuestionar a López Obrador sobre su investigación, fueron insultadas y amenazadas incluso de muerte en las “benditas” redes sociales. 

Su investigación podría ser la punta del iceberg, esperemos a ver en que culmina la investigación de la SFP. 

Sobre su relevo, de forma extraoficial se ha dicho que en su lugar podría quedar el abogado Juan José Soltero Meza, quien es el representante legal del propio Lomelí en sus empresas, además de que fue el defensor de la esposa del ex líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, al representar a su primer esposa María Alejandrina Salazar Hernández y su hijo Iván Archivaldo Guzmán Salazar “El Chapito” detenido por policías de Zapopan en 2008 por posesión de armas.

Soltero Meza, también está denunciado por tráfico de influencias señalado de meter a la cárcel a deudores de la empresa Vimifos S.A de C.V, encargada de vender alimento para animales, propiedad de la familia Bours de Sonora.

Con la renuncia de Lomelí es claro que AMLO envió una señal: en su gobierno no se va a tolerar la corrupción ni los conflictos de interés, así sean sus propios hijos quienes incurran en los actos, como él mismo lo ha manifestado en diversas ocasiones.