Más allá de tomar partido como si el tema de fondo no tuviera mayor relevancia y se tratara de un tópico de esos que todos los días son motivo de disputa entre chairos y neoliberales; entre americanistas y Chivistas; rudos y técnicos, por mencionar algunos ejemplos. 

Debemos exigir a las autoridades de gobierno en nuestro país información precisa y fundamentada en relación a la vacuna de origen ruso, Suputnik V, que tanta polémica ha generado alrededor del mundo desde el día en que se dio a conocer su registro y que al día de hoy ocupa de manera preponderante el interés en nuestro país tras el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en el sentido de que se recibirán 24 millones de dosis para inmunizar a ciudadanos. 

Los mexicanos nos pueden ser “conejillos de indias” para los rusos ni para el mundo. Ya bastantes vidas se han perdido a causa de -entre otras cosas- una muy mala estrategia por parte del actual régimen encabezado por López Obrador y seguido del responsable de combatir la pandemia Hugo López-Gatell, como para ahora poner en riesgo a 12 millones de personas más.

De acuerdo a lo anunciado se espera en el transcurso de esta semana la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) esté validando el uso de este biológico en México para uso inmediato dada la emergencia que se vive en este país que ya ostenta el tercer sitio en el mundo como la nación con el mayor número de muertes derivado de la enfermedad COVID-19, solo detrás de Estados Unidos y Brasil, y es preciso se informe de manera detallada a los mexicanos tanto si se aprueba -como todo apunta a que así será- las razones de tal validación, como en caso de que se rechace también se dé una explicación.

No se puede seguir reservando por cinco años información que es del interés de todos los mexicanos. No se puede seguir ocultando temas que nos atañen a todos. Y no se puede seguir omitiendo los puntos en cuanto a las decisiones que se toman porque, como lo dice Proceso, las autoridades están rebasados y se están perdiendo vidas por miles cada día.

A la fecha de hoy han fallecido alrededor de 160 mil Mexicanos y se han contagiado casi 2 millones. Es evidente que estamos inmersos en una crisis de dimensiones dantescas, pero no por ello vamos a ser el experimento que le diga al mundo que no servía la vacuna rusa. El Gobierno debe brindar garantías a la población de que no será así. De ahí que se requiera además una amplia explicación y respuestas a no pocas interrogantes. Por ejemplo, porqué México aprueba una vacuna que ha sido rechazada en otros países; qué riesgos conlleva, qué sector de la población estaría en este supuesto, etcétera.

Seamos claros, no es que “la vacuna se esté politizando”, como lo han querido hacer ver algunos funcionarios de gobierno y simpatizantes de este; es simplemente que este antiviral no cuenta con las credenciales y validaciones que se requieren para ser aplicado, por más que el subsecretario diga que la Cofepris ya los tiene y no se pueden divulgar.

En agosto 11, el propio López-Gatell dijo en conferencia de prensa que la vacuna (Sputnik V) no se podía ni debía ser usada por razones éticas y de bioseguridad, ya que no había terminado los estudios de Fase 3 satisfactoriamente.

Y hasta el día de hoy no existe ninguna evidencia de que ya cuente con dichos estudios y tampoco ninguna revista científica de prestigio los ha publicado como marca el protocolo.

Sin embargo, luego de que el pasado 25 de enero el presidente Andrés Manuel anunciara la compra de 24 millones de vacunas tras la charla que sostuvo con su homólogo ruso Vladimir Putin, Hugo López cambio el discurso, que por lo demás ya no es nada extraño en él. Dijo que como resultado de su exitosa visita a Argentina (país en el que ya se aplica la vacuna rusa) pudo constatar su eficacia aunque no se habían publicado los ensayos fase 3 de la vacuna, “sin embargo, las autoridades sanitarias de Argentina -debido a las negociaciones con los rusos- tuvieron acceso a un ensayo clínico con un poco más de 22 mil sujetos”, aseguró.

“Esta vacuna, también llamada Gam-Covid-Vac, fue desarrollada por el Instituto de Investigación Gamaleya, que forma parte del Ministerio de Salud de Rusia. Tiene el antecedente del escepticismo y críticassobre una aprobación apresurada en Rusia, siendo el primer país en el mundo en iniciar las aplicaciones, el 5 de diciembre.

Sputnik V, cuyos desarrolladores han indicado que tiene una eficacia de hasta 91.5% con dos dosis, no ha sido aprobada por Estados Unidos y no se ha informado que la tenga bajo análisis.

Los resultados intermedios del ensayo Fase 3 de la vacuna Sputnik, que contempla a personas de entre 18 y más de 60 años, no han sido publicados en revistas científicas, a diferencia de otros productos, como la vacuna de Pfizer, Moderna, AstraZeneca.

Los de fase 1 y 2, que incluyen solamente a 76 personas de entre 18 y 60 años, sí aparecen en The Lancet, revisados ya por pares, es decir, científicos independientes a la investigación, aunque del mismo campo.

En días pasados la embajada rusa en México inicio una campaña de información para aclarar algunas dudas respecto al proceso que sigue esta vacuna para la finalización de su fase 3 y la autorización en México para su uso de emergencia.

Destaca que en un estudio clínico post comercialización de fase III, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo de la vacuna Sputnik V, participaron 40 mil voluntarios.

Rechazó que sean pocos países los interesados por el inmunológico.

Según informes del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), la institución que financió el desarrollo del medicamento, más de 50 naciones ya se han asegurado 1.200 millones de dosis de la vacuna, en tanto recientemente el presidente Vladímir Putin subrayó que la vacuna ya recibió autorización en 13 países, entre ellos Emiratos Árabes y Hungría, que es miembro de la Unión Europea.

Pero por otro lado, el gobierno y el Parlamento de Ucrania dejaron en claro que no incorporarán la vacuna Sputnik V, en su lista de fármacos autorizados para combatir la pandemia.

Además, hay que recordar que en agosto uno de los más importantes neumonólogos de Rusia, Alexander Chuchalin, renunció a su puesto en el Consejo de Ética del Ministerio de Salud ruso tras intentar bloquear sin éxito el registro de la Sputnik V, según informó el diario británico Daily Mail.

Chuchalin era el jefe del Departamento de Terapia Hospitalaria de la Universidad Médica Nacional de Investigación de Rusia Pirogovel y principal neumólogo del consejo de ética del Ministerio de Salud. Dijo que dejaba su puesto porque la vacuna llamada Sputnik V (nombre en honor a los antiguos satélites espaciales soviéticos), no estaba lista en el momento de su aprobación.

Otro hecho que no se puede soslayar, es que el presidente ruso, Vladimir Putin, aún no tiene previsto vacunarse contra el COVID -19. Putin tomará una decisión después de que el Ministerio de Sanidad publique el informe definitivo sobre Sputnik V y el resto de las vacunas, según explicó Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, a la prensa local.

Y peor aún, según los sondeos, un 58 por ciento de los rusos tampoco está dispuesto a inocularse con la Sputnik V.

“Luego de que la vacuna fue aprobada por Rusia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió tener cautela, ya que no ha seguido los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.

“Acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad”, señaló en rueda de prensa el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic, quien añadió que la organización está en contacto con las autoridades rusas y de otros países para analizar los progresos de las distintas investigaciones de vacunas.

En tanto, el ministerio de Salud de Argentina no recomienda administrar la vacuna rusa contra la Covid-19 en estos casos:

– Tener hipersensibilidad a cualquier componente de una vacuna o A una vacuna que contenga componentes similares.

– Contar con antecedente de reacciones alérgicas graves.

– Padecer enfermedades agudas graves (infecciosas y no infecciosas) o exacerbación de enfermedades crónicas, que impliquen compromiso del estado general.

– Estar embarazada o en período de lactancia.

– Tener menos de 18 años de edad

Pros y contras en torno a la polémica vacuna rusa. No se trata de descalificar ni aprobar a priori. El propio López-Gatell ya lo dijo: existen razones éticas y de bioseguridad que deben ser ponderadas y eso es lo que se espera haga el gobierno mexicano. “Las Autoridades Sanitarias en México tienen la obligación de evaluar tres requisitos, los cuales son estándares internacionales de vital importancia: la calidad, seguridad y eficacia del producto”, y deben también brindar garantías a los mexicanos en el sentido de que no seremos “conejillos de Indias” para los rusos ni para el mundo.

Opinión.salcosga@hotmail.com